lunes, 27 de agosto de 2012

el truco del azul


Asistimos al truco del azul.
La tarde blanquea su dentadura amarilla de sol.
En la pista, un copo de algodón desgajado del cúmulo,
hijo descarriado,
hace y deshace su estructura, se fragmenta,
se desmigaja y crea caprichosas formas en ausencia del viento,
desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
El truco del espacio
-sin red-
es una bola de nieve que no rueda ni se acelera sola,
un ártico que rompe la materia celeste.
A la tercera,
los brazos espirales se reúnen: compactos.
En un segundo, nada por allá. El aire vibra
y se divide en felicidades invisibles.

Somos felices porque hemos asistido a un pequeño milagro;
abracadabra
y no hemos visto el as de corazones
en la manga esponjosa de la altura.

Abre los ojos, mira hacia arriba, que no te ciegue el rayo,
observa una región sobreazulada donde fluctúen bolsas de vapor
tan ligeras que no se lleven sombra
(es fácil en una tarde de verano).
Ahora, cierra los ojos como si no tuvieras prisa:
el cielo sigue ahí, pero de oscuro.

Y entonces vimos la paloma blanca.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores