relatos, apuntes literarios...

sábado, 22 de septiembre de 2012

el golpe


El poema ofrece resistencia soltando ráfagas de acentos electrónicos
—descerraja, raja, raja...―. Es un núcleo correcto.

El tipo de la perilla, el de los trajes arriesgados, trata de recomponerlo.
Pero éste le ha salido bien (por eso no le gusta tanto).

Trata de recomponerlo añadiendo
cosas que no tienen que ver, frases que vienen de visita,
trozos de pelambre, afamados adornos,
mala retórica.

El poema se muestra esférico, rebota, no es elástico,
ofrece una constitución muy plástica y compacta. Resiste.
El hombre que huele raro (es una colonia de quinientos euros),
que viste raro y con sandalias en verano,
comienza a teclear sandeces con un toque chic.
Agarra al bicho por la solapa del primer verso y lo zarandea.

El poema transformado en un balón de baloncesto.
Impenetrable, incalculable. Más aún, el poema transformado
en un horizonte de sucesos girando a la velocidad de la luz,
ocultando sus vergüenzas.

Ojo. Es elegante el tipo. Armado de impaciencia,
infiltra entre las líneas enemigas un virus de adjetivo que demuele
y se califica por sí mismo.

Digamos que la obra acusa el golpe. Se rebota.
Se remonta hasta El Génesis. Conserva su anarquía literal.

(¡Triple del bicho!)

Digamos que el poeta acusa el golpe.

jueves, 20 de septiembre de 2012

bandera negra


Hace mil años terminó la guerra,
los mil años que cumples desterrado,
atento a la pesquisa del arado
en el vientre fecundo de la tierra.

La patria que al olvido te destierra
no es la patria valiente del soldado
que fuiste con el puño levantado,
es otra, hija del llanto, hija de perra.

La patria que trafica con tus huesos
es otra, negra y roja, negra y gualda;
no es una madre con sus hijos presos,

es la madrastra que les da la espalda,
que les da miedo en vez de darles besos
y lleva un pantalón bajo la falda.



Lucía Sócam, 'Republicana'

miércoles, 12 de septiembre de 2012

ella es la que ama


Hay que ver a Kajol, redonda como un sol de mediodía,
el cabello jugando con la espalda, los ojos decisivos y valientes.
Feliz de una manera no exactamente religiosa,
como es feliz un choque cultural
(se tropieza con alguien en la calle y tenemos el choque cultural en una sola dirección).

Ella es cultura de reinos acabados en insignes palacios,
es una tristeza salpicada de siglos, erguida sobre un podio de libros ilegales.
Digamos que una chica escultural, una mujer pantera, planetaria.
Y todo lo demás es herejía.

Encuentra varios hombres que la quieren mal,
que la desean de modo agónico y demasiado humano,
hombres intoxicados de fortuna
(también encuentra alguno un poco tonto, de los que componen baladas sofocantes).

Ella es la que ama, la que amanece tan temprano,
la que dice te quiero con la boca pequeña y bendice el ambiente con palabras de amor.

Kajol en general, no obstante, siempre,
acicalada o mansa entre fieras audaces.

Kajol en un espejo que no es ella, en una foto antigua que no es ella.

Kajol en un poema que no es.

ella es el parque


Ella nunca quiso ser dios.
Fueron las circunstancias de sus párpados
las que le dieron esa omnipresencia en todos los cristales.

No es una chica de calendario,
ni tiene por qué bailar en cualquier fiesta
(ni tiene por qué leer la Trilogía de Deptford ).

Es una mujer y también la mujer.
Si te mira a los ojos es la única
Si te besa es la sangre de tus venas.

Ejecuta misiones de color rojo
y es adicta a la moda que percibe en las calles
(o es una creadora de sí misma).

Sílabas de encaje brotan de sus labios pintados al aire,
escapan por las comisuras de sus labios con un escalofrío de silencio.

No es un dios al que se pueda rogar,
no sustituye a dios en las noches prodigiosas
ni acecha por lo alto avizorando el odio de la humanidad.

Ella es el parque. Los sauces la conocen de algunas ocasiones memorables.
Porque no teme al viento agazapado en la senda
y se atreve a pasar de la tercera fuente.

Quería ser un ángel bondadoso en el tejado de la iglesia,
en la boca del metro y donde no hubiera árboles.

Nunca quiso volar.
Fue por ventura que extendió sus alas.