Sobre el rumor sedante de la fronda,
si fértil de vertientes el terreno
y de altos trinos el ambiente pleno
(y de hondo llanto su región más honda).
Sobre el suspiro en flor de La Gioconda
-que a ningún corazón resulta ajeno-
y el chasquido infantil de su veneno
(y el género de dudas que le ronda).
Sobre el clamor antiguo de los mares,
el eco de holocaustos estelares
y el elíptico impulso del planeta.
Y por encima de cualquier sonido,
hasta del propio y rítmico latido,
la voz sobre el silencio del poeta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario