relatos, apuntes literarios...

lunes, 7 de enero de 2013

amor más allá del amor


En alguna ciudad tan ultrajada una biblioteca resistió la debacle
y se mantuvo intacta con sus libros de oro acumulando polvo
            (y edad)
            en las vitrinas.

Años después, ella encontró un pequeño abismo y se dejó caer
hasta el ágora, la cámara perfecta e incontaminada.

Tocó el primer libro, que se deshizo entre sus manos tibias.
Abrió el segundo, muy despacio, y leyó este poema:


            Mi corazón ha perforado el vacío,
            tendido al aire como una sábana blanca,
            ondeando como una bandera de rendición.
            Lo has mirado latir desordenadamente
            y has ensayado el rapto ante mis ojos impuros,          
            el ideal de una existencia encadenada al beso
            sepultado en el hueco de tus labios.


Palabras como rayos que abrasaban los ojos,
se arrimaban y producían un calor confortable,
un resquicio de humanidad, un extraño abandono.

Salió de allí con otra carne; el cosquilleo, el flujo, la sonrisa del gato.

La noche, entretanto, había echado raíces en la piedra derribada.
El primer lobo vislumbró el encantamiento y quedó a la espera.
El segundo rindió sus fauces al blando sortilegio. 





4 comentarios:

  1. Muy bonito para recitar a tu enamorado o enamorada. Gracias por pasarte por mi blog Esteban.

    Que vaya bien: Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasarte, Rafa. Fue un placer conocer tu blog.

      Un cordial saludo y hasta pronto.

      Eliminar
  2. Esteban, en general me gusta mucho tu poesía, desde los sonetos hasta la más experimental, y hay ocasiones, como es la que me brinda este poema, en que alucino (por decirlo de la forma menos poética que se me ocurre).

    Un abrazo y enhorabuena por ese amor más allá del amor, que es todavía superior al que llega más allá de la muerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo, sinceramente, con la que alucino es con Nneka (joke).

      Bueno, pues muchas gracias, parece que sonó la flauta.

      Un abrazo, Ramón, y a ver si me paso por tu blog un día de estos, aunque casi te leo más en el foro de Rafel.

      Eliminar