relatos, apuntes literarios...

miércoles, 7 de julio de 2021

lo que pesa una noche en la distancia

 

Toda la noche buscando el epitafio, la plegaria indefensa. Destiny®
vuela bajo, raso, al ras de una aurora compasiva, vuela sobre las tumbas, increíbles
tumbas, sobre las cruces indecibles, los cruceros
de piedra, las losas, estas lápidas feroces. Todo es pesado aquí como la tierra; cargad un saco al hombro,
veréis lo que pesan las flores.
 
Sabréis lo que pesa un recuerdo, la concreta reinserción del pensamiento; explorad el disco
duro de vuestra conciencia (hallad la coincidencia). Es penoso
bajar a la calle y saludar a la gente que mira con aire de sorpresa
y decepción, todos esperando la verdadera eclosión de la belleza, el milagro
que habrá de sostenerse.
 
En un caballo blanco, Emily pasa por delante
del tiempo, por delante del mundo que sonríe con una piedra en el bolso. Ah, las cruces son de piedra,
las fosas son de piedra y pesan tanto
como los besos tímidos del amanecer.
 
La noche es permanente para el Ángel, acostumbrados sus ojos al radiante
secuestro de la luz, su aristocracia radiante, su infinita paciencia. La luz fortalece la seriedad del campo;
también el campo es roca pura. Hay un cielo que desciende
lentamente de la altura más desconcertante, algo que notifica, se sobrepone,
alza la mano y escribe con su caligrafía congelada.
 
Si eres un Ángel, Emily, si lo fueras, de tus largas
alas brotarían las mil hojas del espejo, el cristal deshilado del prodigio, saciarían los árboles
su sed antigua de misericordia; ¡es tu sangre que nace del silencio! Es tu sangre
dividida en renglones de lluvia, es la hierba que acoge
tu cuerpo sin medida.



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