Diciembre ha plegado sus alas
en el décimo aniversario de la
noche. El cercado
remite a un cielo infinito.
de la hierba puede sentirse el
vaivén, el viaje del espacio. Hasta un norte
dorado y tan cercano como un espejo
donde las gotas de lluvia tuvieran
su hogar en la palabra.
destellos que verdean anunciando el
soborno de la luz; oh, hay
un extranjero en el paisaje:
viste como un príncipe,
pero no pasa nadie.
mínima que ha creado el feliz trasiego
de los párpados, sobre los tejados aupados
en el tiempo que contempla su
futuro con arrobo.
al margen de la esencia, la
intimidad de un verso para verse rodeado de nubes,
aro de sombra que rueda
y se contiene.
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