La estatura no lo es todo, acaso un accidente
intelectual, una prosodia infinita delineada por el Arte; se puede poseer
la llave de los acontecimientos,
organizar realidades, ocupar un lugar en el podio de la publicidad o
alcanzar
un reconocimiento asimétrico.
transmisión de oportunas secuencias torpedeado por la fama de los otros,
ausente
durante largas temporadas de misterio ―oh, ha sido recitado
por el aire.
martilleos elocuentes, miran en la mejor de las tradiciones
místicas, planean fuera de la órbita de la literatura, se aparean y
desaparecen
(confabulados con animales de fábula y espaciosos
pisos de alquiler social).
los versos a raudales, caudalosa poesía y resúmenes de sobresaliente
ímpetu, impactantes
manuscritos olvidados sobre la mesa de la cocina; hay un monasterio
que podría ser confundido con un motel de carretera, hay
silencios que podrían tomarse como gritos, espadas que ruedan como
lágrimas
por el rostro de la soledad.
portentosa, los milagros se suceden, arden en la pira absurda de la probabilidad:
se ha comprobado
que en algunas Avenidas los pájaros conciertan citas y se tragan el humo
de la noche, que los tejados
habitan otro mundo y las antenas de la televisión se ríen de nosotros
y nos plagian la melancolía.
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