Una gota de belleza contra la entropía
legal. De la naturaleza surge el caos con todo su verdor
irrespirable, su realismo esdrújulo (por no decir). Oh, un acorde poético
sobre el piano del tiempo
importa más que toda la noche estrellada.
policía de Basquiat ofrecen su aportación
extraordinaria al equilibrio, más que todos los atardeceres observados en
conjunto
desde un balcón griego: resulta que la urna
vale más que el Sol.
los latidos de nuestro corazón, registra el fragor de la mirada, la
tradición de los dedos de las manos,
la inmensa frecuencia de la respiración de todas las rosas.
dentro, lo llevamos con la correa como al perro, lo salteamos como si
fuera un guiso
pascual, nos acompaña al dentista, nos coge la mano
en el jergón del torturador, en comisaría. Vigila nuestra tensión camino
de Ekaterimburgo
y más allá.
los salones de la realeza; el día que se muera no habrá pasado nada.
Nadie
acudirá al entierro, ni las campanas doblarán emocionantes. Será que el
Arte siempre
es cosa de un pasado impredecible, de otro lugar, que está en el mundo
en vez de en nuestra casa.
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