Esta es
la noción del abandono, un ave dominada por el llanto. Los árboles flanquean la
casita (¿o es una cabaña,
qué
árboles?); para las descripciones están los novelistas,
aquí la
flor ya sobra, ¡ésto es el verso!
El
poeta oscila y permanece, automáticamente, se modera, reflexiona
sobre
la quietud de una piedra enorme que parece pequeña para subirla por la cuesta,
pequeña para
hundirse
en el sordo crepúsculo del río, la profundidad
ardiente
del ocaso.
Digamos
que el parque es la versión dinámica del campo, una serie
amable
de malentendidos sobre la identidad y la tortura, un simulacro del hambre que
se pasa,
el
ensayo general de la guerra fría. La guerra
ha
terminado porque las armas han dicho su última palabra y el fuego ha refutado
ese diagnóstico. La guerra
ha
terminado porque el mar ya no bendice las expediciones, ¿o es el campo, que ha
invadido la superficie
errónea
de las aguas, ha pintado de hierba el rizo de las olas?
Pero… ¿Dónde está ella?, ¡Jordan! Acaso dando la espalda a la noticia,
tras un
pilar de azarosa barbarie. La poesía falta a la verdad: es una opinión.
Después
de Georgia los corazones ya no son tan blancos, el algodón
apura
las especulaciones, dicta sentencia con la voz cargada de tautologías, entre
espasmos musculares. Jordan
responde
con las manos en alto, dispuesta a asumir la fe de las estatuas, .
La
noción del abandono comienza por un cielo invisible, que no se ve desde la
tierra. El ángel que desciende,
así, es
un ser voluble, doméstico, dotado de una férrea compostura, ajeno. La
ignorancia del milagro
no
exime de sufrir el desencanto de su pérdida, la inevitabilidad de su amarga
deserción.
El milagro es un dios en miniatura, es un reflejo del arte (dice el poeta).
¡Monasterios
del mundo, uníos!, ¡levitad la celosa herradura del paisaje!,
acometed
al viento, divisad. Hay un balcón despedido por la ventana del pasado (antes se
asomó Az-Rapunxel,
se
asomaron de nuevo sus manos estudiosas, asomó el verdadero cuerpo angelical de
una princesa sin nombre).
Queda,
pues, el poema retirado de la circulación, destinado al desierto; con la basura,
comparte
la cualidad del desarrollo logístico, es decir, su reciclaje
industrial
en módicas bandejas de silencio. Apenas ha expresado un deseo irrepetible, ha
señalado el trauma,
reconocido
su conciencia en aquella fisura del amor.
No es que me guste el hiphop pero el relato
ResponderEliminarMe gusta....sigue siendo actual?
De rigurosa actualidad, Domingo.
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