Pues existieron príncipes (si la conciencia
obrase como campo vibrante, general y sensible, de
nuestras emociones), también
el porquero ambiciona vivir a cuerpo de rey. Mas el
cuadro todo lo silencia, la belleza
efímera de la nevada, el carácter del sol.
dorado, las trenzas y el estanque. Frente al Arte, se
consume
como una vela que devora su esencia. En su pensamiento,
la belleza existe
solo en un estado, es un perfume social, la consumación
del futuro. Mañana
habrá nacido el sol de nuevo, será un día de caprichos y
enigmas; el futuro arde en los bises de la historia,
siempre suena a canción de despedida.
el milagro de la pausa. Es una charla amigable y completa
entre objetos virtuales, seres
distantes, héroes del fake. Han visto el mar y su
nostalgia ha perdido la cuenta de las lágrimas (en su interior,
interferencias que ponen en peligro la integridad de la forma).
se condensa y fluye como un caudal de plata, un río indispensable.
Sigamos la corriente a la realeza,
seamos príncipes injustos. También el artista merece un
planeamiento, una esquina a su nombre. Un maravedí.
una mala idea (la gente está en su derecho). La gente se
explica, debéis comprender la noción del espacio
vacío, el diáfano concepto de la mística. En el poema se
expresa una verdad
sin límites, extrovertida, mostrenca, borrada de un
plumazo,
pero cierta.
tentador, sus tentáculos se expanden y llegan a lo más hondo
de las almas,
su frente lleva en la frente un símbolo prohibido, es
portadora de la angustia y el sentido ebrio de la vida; su carne
es diferente, tiene un sabor a sombra, un gusto
endemoniado.
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