Aire para cenar, es más que amor. La grafología
manda. La geología. Somos
logopedas clásicos, nos pirran los trabalenguas infantiles:
tres tristes tigres.
reseteado. Vertical, 4 letras, listo para el drama.
Grandes verbos representan
tremendas ilusiones, ideas ciclópeas: un gargantúa de las
ideas como
el verbo ‘adivinar’. Se intuye una grave conmoción, el
ser imaginativo se realiza (quítale una i).
desde dentro, dice Gombro. Y Rezzori. Y tal otro. Fulano
de Tal. Grandes versos
acompañan el féretro de la creación, saltan con la
música, al ritmo
ecléctico de las marimbas (echan humo). Esta vez
Olivia Dean ha hecho mutis por el foro.
que no. Y ya es bastante. Entrecortado. El misterio se
desvela con un redoble
autista de tambores vehiculares (qué término tan
posesivo); en el cerebro, mejor dicho, en la mente,
hay palabras que giran como planetas
infieles a sus reglas de comportamiento, astros sin
fisonomía,
sin prole para la física.
colapsan en malos pensamientos. Las escenas funcionan a
fuerza de economía
expresiva, el cine mudo es la culminación de una manera
de desprotagonizarse; miramos documentales
como documentalistas, intuimos la conmoción
cerebral provocada por las provocaciones.
alrededor de la nada, los árboles se estiran, ellos
mismos se construyen la casita del árbol.
Los pájaros fomentan el absentismo natural: volar es el
seudónimo de la poesía.
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