Reminiscencias de una guitarra flamenca a la sombra del
hop. Es el pan
nuestro, la cosa nostra, nuestro pequeño negocio
afanoso de la solemnidad.
decide apalancarse cerca del lago Tahoe, cerca (tal vez)
del invierno, de Walden y su profundidad
remota, sus peces de plástico y neón.
se levantan, y es tan atronador el silencio. El hijo
pródigo regresa con un puñado de dólares,
va derecho hacia su árbol genealógico y cuelga una soga
de la rama más sórdida. La profecía
insiste, de hecho, en ese aspecto concreto de la
revolución.
artística, literalmente simbólica y real. La
piscifactoría ha recibido la visita
o la invasión de una colonia de avispas, tampoco eran
gorriones, eran seres higiénicos, voladores
ingenuos dotados de aquella fortaleza volcada en el vacío.
Bajo la
corriente, corretean los salmones su campo de violetas,
rocas y anzuelos dialogan con la espuma,
conspiran una temperatura ideal.
formales, dudas tenebrosas, altas
condecoraciones pichadas como mariposas en un corcho
gigante.
festivos se cambian de ropa, el cine abre las puertas y
empiezan a sonar teléfonos ocultos. La vida
toma un rumbo cálido, recobra el sentido y parece decir.
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