Está el pasado, tan decente. En el mismo
plano, en semejante apretura existencial, concurren la
vesania cotidiana y sus deslizamientos.
a escondidas). Ved, tenemos un naufragio, la costa ha consagrado
un paroxismo
de murallas lunares.
corriente. El Arte contribuye, con su paciencia, a la
emancipación, nos restriega por la cara
el verbo, pacientemente. Así se vive; detrás del puro
oxígeno, el alma
baja la voz –luz sin testigos–, fértil en su desorden
natural.
destripa la realidad con un salvoconducto, es tan bella
como un mártir; protectora del eco
y la conciencia, su música pretende, no se esconde,
agradece el profundo sentido de la soledad.
cada uno por su lado, cada uno por el aire que le asedia;
de fondo, una canción
creativa como una piel sincera, una sombra carente
de significado.
se retuerce en la memoria, el poema es un bate de béisbol
contra la estridencia. Está el pasado,
que se muere de ganas de atreverse, tan sin
preocupaciones.
tan otro como si fuera un cuerpo, un edificio
en ruinas, comedido como una doble figura, una reina de
picas
o una pieza del mundo que se desmorona.
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