Su gracia natural, un movimiento,
un giro medio suelto, medio en bloque,
un paso de ballet, la piel del viento
jugando con su piel de albaricoque.
Desata un prodigioso encantamiento
como por arte de birlibirloque;
la magia está en el aire y en su aliento
está su terrenal fuerza de choque.
Es el tirabuzón y la gimnasia,
el mecanismo por antonomasia,
la genética fértil del vacío.
Suena como una sombra que se agota
dando paso a la luz nota por nota,
vuela como la sombra de algún río.
No hay comentarios:
Publicar un comentario