Opositar al Certamen Seudónimo del Parque. El poeta se presenta. El premio es tan
secreto
que (casi) nadie se
presenta. El poeta lleva a su ángel de la guarda, lo lleva en una mochila o en
un MP3;
Destiny es un Ángel
mayor, no está para insignificancias. El poeta va con un pequeño
ángel de la costa oeste
del Park. Es una suerte, porque
sus metáforas son
insuperables, es una suerte, porque su belleza
compite con la de las
mariposas.
¡Eh!, nombrad tres rosas
amarillas, nombradlas por su propia asignatura. Alguien
ha nombrado una rosa por
su nombre de pila, debía ser un ángel de la costa oeste del Park. La rosa
funciona con su nombre
de estrella pero en caída libre,
desordenando el cielo.
Fumar es como dejar una
estela, es como caer soltando humo. Hay que elegir bien
el fondo triste del
poemario, su lirismo
aturdidor, su
parafernalia insuperable. Este pequeño ángel solo dispone de un toque de
gracia,
solo un golpe de gracia
y un toque de glamour: su personificación del canto
en un solo fulgurante.
Las chicas nacen en el
corazón del baile y juegan con ventaja, una ventaja
vintage e insuperable.
Sus versos concilian y se reconcilian, urbanizan millas cuadradas de indolencia
vernal,
el campo a través de los
sueños más desconcertantes; su música
desprecia la emoción, inaugura
la implosión de la naturaleza ante el filón del Arte.
El premio es el Amor.
Será entregado por un Ángel mayor de belleza
extranjera y turbia
biografía. Y las flores vestirán sus inmóviles galas y harán gala de su
infantilismo
frente al verso. Y el
verso anunciará un nuevo itinerario sin estación de invierno, la destrucción
de la noche, el
verdadero nombre de las mariposas
y el rapto de la luz.