La poesía ha muerto.
Dicen que ha muerto el arte de caminar el mundo de puntillas
sin sublevar la permanente melancolía del tiempo,
su despótica tristeza.
Dicen que ha muerto el arte de romperse, el arte de caer y revolcarse,
el don curioso, el presagio honorable, la diestra de dios padre
o el color de la tierra del olimpo:
que ha muerto alanceada y torturada
tiroteada en un motel de carretera
apuñalada por el joven bruto
envenenada con tacón de aguja
que ha muerto ahorcada en su corbata sedicente
sublimando su célebre fatiga
(y hasta Nas dice que el hip-hop ha muerto, con una rosa negra entre las manos).
La poesía ha muerto.
Dicen que sonreía recitando el poema y chocaba las copas con el rictus encima,
vestida de domingo, con el justo perfume, el maquillaje justo
y las justas alhajas titilando su pátina de abril,
que rimaba cursiva y flagelada, al margen de las páginas,
y se dejaba llevar por la fortuna oscureciendo su gloriosa cabellera
(y luego, en un suspiro,
que el hedor a eternidad se extendía por los desabrigados horizontes
colapsando bandadas de garzas invernales,
y que la sangre, en su contorno inabarcable,
era un líquido huérfano y era el reflejo azul de un río bravo).
La poesía ha muerto, pero está dormida,
es libre de rodar o de pedir asilo,
libre de sacrificar el copioso rebaño de Calíope
o de enmendar la plana al propio firmamento
(y algunos dicen que su tumba es frágil como una plataforma de rocío,
como una formación de hojas de hierba).
No soy capaz de decir qué me ha gustado; mucho menos realizar un análisis técnico o mínimamente sesudo del poema.
ResponderEliminarPero me gusta; es hermoso. ¡Qué bien lo haces!
Marco
¡Hombre, Marco!
ResponderEliminarJe. Básicamente, creo que es mejor no entender demasiado la poesía. Yo eso se lo dejo a los "enterados", que tienen que llenar con algo sus manuales de filología, jajaja... La poesía es para ¿sentirla?, tal vez.
Bueno, pues nada, celebro que te haya gustado el poema (ya te pagaré las cañas esas que te dije...).
Nos vemos.
Esteban