Ahí está el aeródromo (o existe), paseamos
con la cabeza volada, los brazos en cruz. La hierba,
alta, el cielo,
al alza. La hierba que crece desordenadamente, alígera y
transportable, requemada. El cielo que crece
desaforadamente, lienzo perpendicular al cielo que todo
lo ocupa (también los cuerpos).
descansa elástico con una pista por delante, los ojos se
te van a la celeridad y el desapego, ves una mosca
y la sigues con la mirada, ves un pájaro que compone
la silueta del viento.
costean su desesperanza con amplia economía de gestos, se
ahorran
la mitad del sueldo base, fuman base, se basan en un
concepto
infame, un espacio archivado. Compadrean.
avanza una corona de cabellos vivaces, parece un ser
humano pero aniquila de lejos, desbroza el campo,
amenaza a las rosas, inaugura momentos de clausura pero construye
eternos hospitales. Su nombre no es Destiny® (desaparecida);
se emplea a conciencia, es
conciencia de sí, el colmo de su lugar en la tierra, es
forma del tiempo
y tiempo en sí.
adquiere una pasividad universal, se disuelve, se iguala,
te da la hora o te paga una copa
de más. En los hangares el tiempo vuela, podrías comerte
un helado, puedes
hablar con dios (como si nada).
sufrimos la innata decepción de los mortales, así que nos
desorbitamos. Próxima
parada: Decadencia;
entramos en el desencanto con la visera en la mano y los zapatos
picados, vestidos para un combate estelar.
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