domingo, 9 de mayo de 2010

credo

Creí que se trataba del amor
permanente que agranda las escenas,
creí que era ese amor extravagante,
bohemio y liberal, como un destello,
el mismo que fracasa en los rescoldos
y triunfa en el incendio de la carne,
pero era sólo el beso de la espuma.

Creí que liberabas una fuerza
cautiva del dolor, hecha de olvido,
forjada en el crisol de la belleza,
una fuerza gigante, omnipotente,
que alzaba mis cadenas con el soplo
del horizonte anclado a tu cintura,
pero era solamente mi deseo.

Creí que no podía ser tan alta
la cima de tus años, ni tan torpe
el foco insoportable de los míos.

Y supe de tus labios entornados,
desnudos bajo el peso de su aroma,
pero era sólo el tiempo, que pasaba
de largo por delante del amor.

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