Este idioma es un espectáculo espinoso, puedes
tocar
el dolor (con dolor). Este verbo adquiere
penumbra, se trastoca. Cocinamos el verso
como si fuera un trozo de vida, con miedo. Esta
lengua nuestra ―alta en la escala del pánico―
transpira un sudor debilitante, carga con la
sabiduría de la gente.
amortajado, nuestro verso es un trance apenas bendecido
por las barras del KRIT, un catálogo
razonado de miserias sin límite.
―alma que es. Necesitábamos un refugio urgente,
docente. Destiny® nos ofrecía sus alas místicas, su santateresadejesús,
su maríamagdalena:
allí nos alejamos. Lejos del mundo
la música se oculta, los nombres evocan el
pasado y la ausencia.
molesta, una falta de respeto, un cataclismo
moral. Este idioma
al rojo de las emociones, dulce aurora
(boreal), autónomo pero (demasiado pesado) algo innisfree, menos real. Nadie
conoce el andamiaje de esta roca que mana y se
reproduce
y muere en las tablas de un teatro de títeres.
explosiva, puros excesos del pensamiento que
ama.
crujen los ventiladores, echan humo las
rotativas, el aire acondicionado arde como un pequeño
bosque imaginario. Este lenguaje parece
insustancial, no tiene
nada que ver con el ideograma general del
mainstream, su balbuceo
trascendente.
del mundo.
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