Limita al Norte con la pureza, organiza el secuestro de
la tierra
virgen; hasta el Sol parece increíblemente
despojado, rayos como autopistas repetidas, ritmos que
abundan en la infamia de las especulaciones.
Somos libres. La libertad comienza por, es un abuso
específico de la ley, sucede a un deslizamiento frontal
de placas tectónicas americanas,
un fraseo genial con dedos de lava fría.
una satisfacción incorporada. Los trámites navegan
fiordos; sacamos la entrada para el espectáculo
natural (pero hoy cancelaron la función, hoy solo lluvia:
una burda estimación del trozo de planeta
que nos corresponde).
fehaciente, Mayúscula vitalidad infatigable; gente que cliquea
por la calle
con el iPhone caducado, sin las ideas en regla, sin una
identidad sexual ad hoc. Asombrosa
gente que conoce a Joy Crookes (su voz nocturna) y la
atesora o asciende a algún que otro significado
profundo (gente artística: ordinary people).
inaudita como un sacramento administrado a desho(n)ra. El
frío debe continuar, es cool. Hielo y parques
de atracciones, pistas de hielo, potras y caídas de
impacto. Un nombre
intacto entre tantas pisadas diferentes, camino hacia
nunca jamás.
es ejemplar, promete sensaciones al filo de la
inestabilidad
molecular, dulces pérdidas de entropía y noción. No
existe el fracaso en su mirada, ella
es sanadora y filantrópica, practica la hipnosis, es
práctica sin ser condescendiente. Ah, y su familia guarda
parentesco con cierta rama metafórica de la razón pura,
cierta
esencia inafectada, semejante concepto de la convicción
y el éxtasis, tal
belleza dominante. Así sea.
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