Suave
voz. 1 palabra para la acción. 1 palabra infinita. Que no puede oírse; no mires
atrás. Las columnas
han
resistido el número del fuego, no como el murmullo de las aves. Familias
enteras
en la diáspora, en camino con lo puesto, joyas antiguas y un poco de dolor,
porque el dolor
ocupa demasiado
sitio en la conciencia, todo no se puede llevar.
El
recuerdo es para una palabra mágica que no acaba de significarse. Delata pero
no llama a nadie por su nombre,
llama
pero no quema. Ahora la sangre se ha abaratado tanto como el agua y la sed
(y los
niños libran débiles batallas junto a la rampa).
Dejad a
los niños que se mueran de miedo
a la luz
de la hoguera. El monstruo separa las piernas antes de gritar, busca la timidez
de la hierba bajo su bota de acero.
Príncipe
del disimulo, su ética cuelga de un árbol, su belleza horroriza al arte
porque aplasta
la verdad. Hay un término asiduo, reducto
de la
cordura; allí las armas no se fortalecen ni las manos oprimen, la soga es un bonito
foulard.
El hedor
despabila. Hace un maravilloso ocaso en la frontera. Caronte ha despertado y
balbucea su cargante
letanía,
se parece a los ángeles –visto desde el cielo. Un millón de estrellas
refulge
bajo tierra, es un jurado especial.
No existe
palabra en la lengua de la noche para describir el fúnebre talento, la
sagacidad, la virtualidad
y el vórtice
en que convergieron las almas, ¡almas geniales!, el rincón del odio sembrado de
materia gris, ese horóscopo
trucado.
Almas llenas de significado, hartas como perros gordos saciados de carne.
Ellos,
los creyentes, con las piernas abiertas sobre la fosa común;
ellos
sobre el común de los mortales. Ebrios e inmóviles.
La voz
serpentea por debajo del aire, no se apaga, ¡es un emblema!; es el futuro
saltando
del vagón de Kateřina, frotándose las manos manchadas de distancia. Es la forma
del mal,
toda esa
forma crucificada viva. Un lenguaje exaltado
que será
prohibido por la naturaleza, desatado del poste y arrojado al combate, desnudo
y horrible;
y en su
eco escupirán los muertos, su cadáver soñará a la intemperie. Su espíritu
honrará
la perfecta contención del infierno.
Branik Station, Prague, Czechoslovakia. 1992 ©Michael Kenna |
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