Pájaro
/ persona, ambos en el interior de la imagen,
interiorizando
la
frase. Sentir el viento es parte de una identidad,
es
florecer contra la forma,
incluirse
en el paisaje y su elegancia.
después
de echar una ojeada a la ciudad: será que la miró
con
buenos ojos.
a
punto de quebrarse: ¿cuándo acarició una sombra?
esgrime
una convicción doméstica.
anunció
el recorrido de la pluma,
truncó
su trayectoria sin un solo cálculo.
canta
el jilguero, otra palabra abandona la pista,
la
foto deshojada de un mundo inexistente.
Y
la palabra se le queda colgando de los labios como un trozo de pollo.
visto
a las chicas, atentos a sus maravillas. Extrañezas.
Locuras
con un punto de locura.
entre
la arquitectura y las llamas, golpear las columnas
intocables
de Egipto, visitar las laderas que bajaban al lago.
qué
hacer.
irreconocibles. Y había muchos nombres,
mucha
sangre. Éramos Yo y otros muchos nombres. Y ellas nos golpeaban
con
sus labios
mientras
canturreaban para sí.
la
promiscuidad de las tierras altas, impenetrables y abiertas; los niños
se
apoderan de la nieve: la nieve es una fruta
del
tiempo.
parece
cortante, parece incesante, nubla la vista.
tenga
la última palabra. Donde la pluma decae,
blandea
el pensamiento, un vigoroso caudal anima
las
conversaciones.
escribid,
escrutad, sellad en el plano un solo fortín, una hoguera
prendida
en el recuerdo.
combatido
a la Luna con los ojos cerrados,
haya
imaginado la noche
de
todas las maneras.
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