Soñar con Bucarest –otra ciudad de nombre impronunciable–
sin haber estado allí. Querido sueño… Soñar con un cine
que echa el telón, un bar abierto. Este sueño es gigante,
se da un aire a una catedral; la ciudad
se prolonga a través de un par de parsecs, hace falta una
nave espacial para recorrerla de punta a punta,
hace falta estar en la galaxia adecuada (not yours). Aquí
hay perros
salvajes, avenidas de infarto, edificios valientes.
Querido sueño: Emily dice que me ha regalado una flor…
¿Qué flor? Tenemos
necesidad de hablar con un jardinero (¿podría ser inglés?),
un personaje
literario. Si no, tendremos que inventarlo. La
imaginación le pide cuentas a la realidad y hay quien
procede sobre ello, clava un ensayo, como en el rugby.
¿Y si Lolita hubiera sido una chica negra de Memphis (TN)?
Nabokov escogía
cuidadosamente al lector de sus invocaciones. Supongamos
que Bucarest se infiltra en el inconsciente
de manera subrepticia, manda de avanzadilla un barrio
obrero y acto seguido un skyline formal, un Parque
a precio módico, áreas de verdor inmaculado; y las
pandillas que atraviesan la palpitante
extensión respirando como asmáticos a pleno rendimiento.
Un pensamiento: el rap acude con su machaconería; a la
puerta
del cine se concentra una pequeña multitud, todos tomando
café con leche en vasos de papel. Entre la gente puedes
encontrar nativos bucarestinos, españoles
honrados, profetas y bacantes, yonquis de hace
cuarenta años, personajes literarios sin profundidad
ni nociones de jardinería.
Lolita es una chica latina –AOC a los doce años de edad–,
esa es la realidad (imaginamos). Pero Nabokov prefiere
blanquear el relato, a punto de situar
la acción en un barrio latino de Bucarest, a punto de que
Humbert haga manitas en una sala oscura. El tiempo
es una favoletta,
un sueño que hace historia, que a cada instante ensaya un nuevo
final feliz.
dentro del Arte es decir mucho más allá, lejos del fondo donde la crítica se obstina, en un lugar remoto que es el verso
lunes, 23 de noviembre de 2020
un jardin en memphis (tennessee)
viernes, 20 de noviembre de 2020
desdoblamiento
Alrededor de la noche
el tiempo se descuelga, manos de luz. Toda la galaxia converge
en un punto de luz,
diez puntos de luz.
criba las gotas del arpa. Alrededor del tiempo, se
arrugan
las fronteras, ascienden palacios,
casas bajas, chimeneas y tejas, tejas y chimeneas, ruedas
de humo y polvo en rotación.
extendidas, como vallas urgentes, muros con agujeros de
bala como paredones encalados;
hay sombras atenuadas, extenuantes, apenas navegables, redondas
pero en un sentido
práctico, como pintadas por la mano del estro, dibujadas
al raso sobre una tela blanca,
una mente en blanco, calcadas de una carta devuelta a su
remitente una vida después.
un crepúsculo arriesgado, una frase tras otra, la moral
perfeccionista de la historia maquinando su vendetta,
relatos y confidencias personales, la intrahistoria
investigándose de cara a la pared
con las piernas abiertas, torturando al olvido con
lágrimas de fuego.
Maldita sea la gente que se arremolina frente a la puerta
del bar desprecintado; malditos sean
los niños, sus juguetes y sus juegos reunidos, malditas
las parejas que discuten acaloradamente,
los perros que hacen sus cosas en nombre de un espasmo
moral.
es un fondo de escritorio de confusa simetría. Seudorreferencial,
microconfesional,
casi poético; el orgullo de la página en blanco que solo
admite sangre
en oleadas, en trazos como labios o colas de caballo.
y su dulce matrimonio, su falso aprendizaje. Y todo forma
parte de la leve tonelada que aterriza,
todo es un punto de luz, es amor y puede definirse con sus
propias palabras, y puede describirse con una sola
letra, puede tomarse en vano sin miedo porque
es solo el universo
que florece.
miércoles, 18 de noviembre de 2020
rentrée
Miras al cielo y está bien ordenado. Palomas
rápidas, nubes lentas. El bosque no es un bosque
todavía, le sobra territorio. Jordan lleva una flor en la
boca, una sombra en los ojos, se nos ha hecho mayor.
deudora de la imaginación más desbocada, su parte universal
que le sale del alma para dentro,
algo fuera de serie, como una serie B de Netflix
(en la redacción está la penitencia).
han detectado un objeto sedicente (ohmygod!). Parece
que la poesía estaba escrita,
se repite desde que el talento es el talento equivocado (¿desde
cuándo?). Alguien escribió, sin saberlo,
el último primer verso de la historia, y era malo
con avaricia, pero pegaba bastante, pegadizo como una
maldición.
especular: es que tienes la tensión alta y reparas en sucesos
indecibles. Aceptas una retahíla
de hechos fiables que parecen dispuestos en tu contra:
entras al bar, te sientas y pides una hamburguesa.
Y todo está desordenado a conciencia, la entropía te
devora,
te conmueve con su egocentrismo y su facultad de obrar
excepciones inútiles.
gotas de aceite, polen (íbamos a decir de hierba), los moscardones
de siempre; versos.
Su cara ya refleja una pasada de tiempo, un tiempo
ausente, anuncia una reaparición genealógica. La poesía
está toda vendida. Ah, el cielo es un actor de reparto,
un rectángulo tirado en el arcén de la carretera, lleno
de barro:
llámalo piel.
domingo, 15 de noviembre de 2020
mundo de gigantes
Beautiful day. Vamos a hacer un picnic, la hierba
encierra una premonición, uno se encariña con la magia.
Una manta a cuadros sobre la hierba es un espacio
remoto, sus flecos son olas de un océano feliz. El cielo
forma una pradera
alta, su consistencia, su recorrido son ideales, existen
sin querer.
antiguos, hay cuerpos mutilados, cuerpos vivos, cadáveres
sin más. Ensordecedor, se alza el vals de las inspiraciones,
un mar de alientos
contenidos.
hilos conectores, cables de la luz. Las hormigas
siguen un patrón de comportamiento inmune a la
adversidad,
viven en un mundo de gigantes.
ansiedad de las montañas. Qué hermoso día. Hologramas
vacíos, llanuras aplastantes. Falta un río, pero la corriente
arrastra sueños y esperanzas; el sueño del reconocimiento,
la esperanza de una muerte trivial.
una letanía perdida. La mañana del cumpleaños de alguien,
los últimos momentos. Nos sentimos,
leemos un capítulo del Arte, el verbo aparece como un
jilguero
ramificando la brisa, dándose un respiro. Huimos
mientras el tiempo talla su finura de plata en el espejo.
es un camino sin salida. El viaje se prolonga aunque arrecie
el silencio de la tierra
y la memoria se adorne con el rubor ardiente del futuro.
viernes, 13 de noviembre de 2020
teoría de la imperfección
Está en la punta de la torre de la iglesia, el ápice del
cristianismo,
encaramada como una cigüeña, un ave migratoria, una nube
baja
retejida de niebla; vuela como un día de fiesta, pasa de
largo.
oculto entre las ramas, enterrado por las hojas doradas
del prefacio otoñal
(es un alma). Las almas tiritan ahora ante la
indiferencia del tiempo, se diferencian de los cuerpos
en una o dos coordenadas, una o dos calamidades. Si
buscara (en) la poesía de Emily,
tal vez. Si buscara un poema en concreto, escrito en
concreto en un idioma
destinado al entendimiento. Si fuera en busca de una sola
noche de penumbra, de un solo grado de fiebre,
un solo gramo de inocencia.
un cuento, puede que signifique algo más allá de la vida
y la muerte, el nacimiento de una oración.
A la entrada del
Parque hay una bandera con doscientas y pico estrellas porque todos
pertenecemos al mundo.
Destiny® ha votado.
Su nombre, empero, no cabía en ninguna papeleta de voto, no cabía en el censo
–descatalogado–, su
nombre flotaba sobre una nube baja de improperios, imperios, alas alicaídas
y plumas ventajistas.
del ego celestial, ese escalofrío canónico. Después de
robarle la piedra a un maestro
Zen, después de darle una paliza con unos nunchakos de
segunda mano. Entonces
puede que esté lista para completar el circuito de la
redención.
susurran como tristes seductores; milagros que son entes
bondadosos con historias
clínicas, entidades sin DNI que se manifiestan a favor de
obra, tienen lugar en pilas
bautismales y otros lugares de culto: bibliotecas, estantes
de sex-shop (o en la barra fija del bar de Moe).
Y es un magnífico presagio tener conciencia de esa
irrealidad, intuir la presencia subversiva
de un ser irrepetible, desoír la llamada de la eternidad
e intuir la existencia
de una mente sagazmente imperfecta, insanamente feliz.
miércoles, 11 de noviembre de 2020
vive y deja de vivir
Al poeta no le gustan las personas, nos desagrada la
gente,
procura apartarse y no cruzar palabra, procura
desnaturalizarse. El poeta no es Whitman, no es.
Odia su propia voz.
un Ángel de confianza (Destiny®). Ambos celebran
conferencias (sin confraternizar). Tiene una rosa de
confianza. Un grupo musical de referencia;
le gusta la voz de Olivia Dean.
aunque viva en la ciudad de Los Ángeles. La gente no cree
y lleva las de ganar. La gente
no es de confianza.
el mundo-espacio, proyecta una forma de entender la
naturaleza, actualiza las reacciones
humanas, es una ciencia imprevisible. Whitman y su campo
a través y sus buhardillas
empinadas (símbolo del poderío erecto de la urbe), su
asfixiante y ufana alteridad.
Siempre. Asustados y tímidos, sus zancadas cortas no son
zancadas, su altura es de baja estatura,
su gracia es portuaria, su anhelo es frecuente, suda.
también en la tv. y en la realidad. En la literatura se
agolpan personajes con múltiples personalidades,
descripciones afanosas, fotos fijas de un instante
extemporáneo, reemplazos del pasado,
semillas de fatalidad y ojos a la virulé. Como vírgenes y
santos perdedores.
la mitad de la mitad. Una undécima parte, una parte íntima.
El pensamiento es la verdadera/única
poesía, un área escurridiza donde todo es imposible
Vive y deja vivir.
lunes, 9 de noviembre de 2020
ninguna alma
Ver morir es
uno de los trabajos de los Ángeles.
Su pose en un lugar determinado (cualquier lugar es bueno
para honrarte). Calculan
la longitud de las inspiraciones, cuentan con los dedos
los latidos,
analizan la sangre estrepitosa.
pérdidas. Otra de sus ocupaciones consiste en mirar al
infinito con los ojos en blanco, dando
miedo a los hombres. Otra más: seguir el curso de los
ríos, pero nunca hasta el mar. Son estas labores de secano,
aparatosos estudios, ensayos generales con partitura y
esquema
narrativo: acaso un plan de vida.
avara–, frutos extraños en el árbol del hambre, ramas de
una sola familia. En el espejo
significan menos de lo que dirías, parecen seres humanos
con manos y tendones,
tensiones y cabello ensortijado, piel oscura.
y se duermen con los títulos de crédito que atestiguan el
triunfo del olvido. Recuerdan luego cada
día de la vida, cada leve entusiasmo, la urbanidad de
saludar por las mañanas,
el café de las once. Cada sueño.
espadas al rojo, hierros candentes vehículo de la furia
de su entraña. El acero
es el vínculo entre la nada y el mundo, la fe y el
compromiso, entre el fuego y la espuma de la noche.
Has de saber ahora que eres tan importante como un
pequeño insecto, tan influyente como una especie
protegida, como un extraterrestre o un demonio
de Tasmania, que tu muerte será patrimonio del Arte, una
línea
tirada en el plano insultante de la posteridad.
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Zdzisław Beksiński |
sábado, 7 de noviembre de 2020
...zero
Esa pequeña mueca, ese escarceo, esa mirada en lo alto de
los ojos,
ese tropiezo. La lengua se resiste, la risa aflora,
afluye consoladora y rica, las palabras
se escabullen por las comisuras del silencio, excavan
túneles paralelos al olvido…
solo sonríe. Apenas se distrae, raspa una pizca de insatisfacción.
hereditaria, es tan malo como todos los poemas, suena
raro como todos los poemas. La poesía es impronunciable,
lo saben hasta los malos estudiantes.
por lo bajo), explora detenidamente el auditorio, sus
amigos, sus parientes, sus desconocidos. Y comienza
a comportarse, a expresarse con una voz que le sale de
cualquier parte
fuera del cuerpo, una voz que no existe, mercantil y nada
encantadora.
(figuradamente), ya se aproxima –pateando latas de refresco,
ojeando los letreros medio inconfesables, medio
tiroteados de la Avenida– a la naturaleza con una
ingenuidad y una distancia
torpes y casi humanas, casi.
ese afán ridículo por enquistarse en la frágil memoria de
la gente.
El mismo artificio kitsch subyacente a la capacidad de
trascender en el vacío del lapsus,
de tocar el corazón del público pero sin mancharse las
manos de pureza. Esa cuenta atrás del verbo,
el 3, 2, 1… del predicador que exuda confianza, suda y
desconfía del coro que lo aplaude,
recela de los pájaros que recorren la cima de sus ojos…
miércoles, 4 de noviembre de 2020
gambito de luna
Vencer la soledad de un grano de arena, su perfil absoluto,
el extraordinario parecido de una cara de lluvia. Fragilidad
sostiene el paisaje, es una nota
continua en el bloc de las adivinanzas, el color que se
agita
frente a la ceguera, el tono del vuelo de la mariposa, asimétrico
y grave.
ajena como el arte. Naturaleza se esfuerza, construye
versos con las hojas marchitas
que alargan el terreno, abona un encendido canto entre
los árboles, un rito, cierta manera
de fortalecerse.
más allá del horizonte, de la victoria y el ruido. Y las
playas rebosan insignificancia,
alojan una multitud de amaneceres, un síncope de pasos
rotos, resisten la acometida del silencio, su feroz
tributo. El océano tiene nombre de calma intermitente,
alma de río y cuerpo de ciudad.
la comodidad de su estatura. Tenemos un contrato con la
hierba,
rubricado ante un manantial de estrellas. Oh, nos admira
su frecuencia, su meticulosa
condición de campo, fuente de palidez.
como una profecía, deja un claro rastro de inexactitud,
su huella en el futuro. Surca un cielo
redondo –misil y diente de león–, es la canción que
necesita la noche para
alocarse. Se dice que la luna cumple todos los presagios,
mas carece
de sensibilidad: el poema lo sabe
y, encarnizadamente, la defiende.
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Paul Klee |
lunes, 2 de noviembre de 2020
rodamundos
Retrocedió el Ángel a la distopía
enérgica de las naciones, fue a parar. Se adentró en un
tiempo
caramelizado y fascinante; iba con botas chirucas,
chubasquero accidental,
gafas de sol.
cantos rodados, un fulgor arremolinado en la sangre
generosa. Un descenso polémico entre formas de vida y
formas de pensar, pensamientos y géneros
no delimitados; una excursión al campo de las emociones,
con sus explanadas
pendientes, su filantropía esencial.
erró el disparo; era el Sol, que se besuqueaba con la
tierra, rayos por todas
partes, chispas saltarinas, centellas burbujeantes. Insanas
mutaciones del amor armándose como rompecabezas,
cosas psíquicas y espejismos dobles. Dios se había
retirado
al monasterio con unas pocas almas –séquito de platino–,
algo de brisa, la cadencia
exacta, un par de abejas hacendosas.
psicodinámica. Alimañas de ojos saltones, hojas de
periódico voladoras, esferas de vegetación (bolas del desierto). El cielo
mudo/estólido de abril, azul sin más, sin pájaros ni
hábitos de consumo.
autodidacta, semejante a lo sagrado pero
sacado directamente de una casete –rémora analógica– desenrollada
por los siglos, un desarrollo
armónico en circunstancias adversas. Y Destiny®
rebautizándose en cualquier río, pasando la gripe sin saberlo,
hermanada con el último gorrión del paraíso.
domingo, 1 de noviembre de 2020
nada de amor
Cada poema, un yo
confieso
descripción de las vacilaciones, nadie espera un memorial
de agravios, ni un ajuste
(fino) de cuentas con la naturaleza, con el estado civil,
con la memoria: solo la mentira
tiene valor.
le encanta). Ese arte confesional tan poético y falaz en
su verdadera agrimensión, tan poco milagroso,
tan rotundamente rupestre, plano y miserable. Ah, vidas a
propósito,
universales, magníficas vidas generales, generalmente
aplicables a una pléyade de situaciones unánimes.
Aprendemos, así,
a comportarnos.
escondemos nuestra acrobática angustia real
en el armario enorme de la literatura y desde ahí
espiamos a las tiernas colegialas, a las parejas de hecho,
¡a las lesbianas! Es nuestra vocación
novelesco-detectivesca, nuestro espionaje vocacional; nos
vamos de vacaciones
con una novela gorda y aspiramos a la felicidad de los
golpes de pecho.
sin miedo a exponer ante el mundo su esmirriada
personalidad, su raquítica
fisonomía intelectual.
en forma de título nobiliario (galardón literario), una
habitación con vistas al paraíso editorial, una salida
digna a la vorágine caudalosa de las buenas intenciones.
piadosa, el cachete en la mejilla, la colleja vitalicia,
el esperpento en varios tomos de lívida
gramática sin lamentaciones, volúmenes compactos como
bloques de hormigón. Nada de religión,
nada de poesía. Nada.
jueves, 29 de octubre de 2020
algo de anne sexton en líneas generales
Escribir por escribir;
el poema se describe solo, se tacha, está en racha, se
borra solo (se emborracha), se obra
como una casa en obras donde vive la gente corriente
(sola).
una instantánea fósil de papá y mamá festejada
de inmediato por la crítica:
mamá que era lesbiana pero como si no, papá que zurraba a
su prole con el cinto, pero sin maldad –pelillos
a la mar–, porque empinaba el codo y no se podía
contener, de lo más comprensible. De eso va el texto en
líneas
generales, algo de Anne Sexton en líneas generales (entre
líneas aparece gloriosamente en blanco).
vigas maestras, escalofriantes monosílabos. Por ejemplo los
que visten bien, los que hacen ejercicio,
los que no beben más de la cuenta, comen con moderación,
los que pueden ser descritos con elegancia común y
economía expresiva, con dominio de la técnica
narrativa impartida en los talleres literarios.
como en una pared, una puerta de hierro, docta escritura
automática, tinta
invisible y agua de limón, indivisible escritura
(proindiviso) propia de un taller de reparación.
Al César lo que es de dios. Sin creer en dios el poema,
sin embargo, se persigna,
se arrodilla ante el altar del éxito (o del léxico: es un
negociante, a su manera).
ilegible de palabras y espacios, como un silencio discrepante.
No es que existan tanto, no es que haya que creer. Pero
Angel-Haze,
Destiny, Aaliyah, Destiny®, prefieren el mundo. Como Musas se
muestran
romántica. Y así no vamos a ninguna parte. Es por
escribir, por no hacer otra cosa; al fin y al cabo
es lo normal, tiene forma neutral –estilo andrógino– para
ser tan angélico; la crítica lo desprecia por sus adjetivos
calificativos, su gonorrea musical. La crítica lo
desprecia, pues sus protagonistas
son sistemáticamente originales.
martes, 27 de octubre de 2020
all you need
El amor se nos va por el destino
como una corriente alterna, un rato así, un rato no; es el
amor
despejado y conforme, como cuando te miras al espejo y
ves a la persona de ayer, la cara
del espejo, un secreto autónomo.
toma distancia entre siluetas envueltas en el eco de la
vigilancia, el malestar de la apuesta,
la sonrisa del sastre. Se ausenta a su ritmo encabronado,
va detrás de un río
consumista (el mismo río conspirativo del amor). En una
biblioteca monástica, resplandece su fórmula
magistral, atemoriza verlo ascender ascético y voluble,
espadachín, mosquetero
de la reina, duelista insatisfecho.
de plumas cantantes
y sacralidades, luz y rayos de luz, átomos fariseos,
y érase un fracaso
su estructura, su quinta parte de la ley, leve y misteriosa, su córnea y su
bicefalia,
tanta ruptura simbólica;
(repetimos) luz y rayos de luz, personas que levemente se interesan por la
vida,
se interesan por el
arte y la violencia, personas amantes que tienen un trabajo
importante, o
tienen un trabajo
de mierda.
cobarde, se enojaba
con alguien y no veías el final de su progreso. Eran por norma parejas íntimas,
voluptuosas,
de las que llenan
las cocinas y los recibidores, los pasillos, y se asoman a todas las ventanas,
a todas
las terrazas
abarrotadas de probabilidades, y luego desayunan
esas cosas raras
que luego desayunan. Y luego hacen deporte y salen a todo correr
(y lo hacen para no
volver jamás).
como un ave los garfios de la noche. ¡Ah!, la oscuridad
del mundo se nos avecina como un poema
roto en manos de la historia. Y ni nos dimos cuenta de que el tiempo cedía en su avalancha,
y ya no se acordaba
de nosotros.
domingo, 25 de octubre de 2020
aparcamiento de versículos pesados
La poeta feliz, el poeta cordial, amable y ¡qué risueño!
(¡el que no se ha
sentido acorralado!). Nota Bene: para escribir Poesía hace
falta haber sido acorralado. Ni hacer
cumbre en el pico más crecido, ni sufrir una depresión
endógena aparente-
mente progresiva (progresista), ni apostar por el
apalancamiento creativo (al contraataque),
simplemente haber sido acorralado –hecho es
y el abandono.
demasiado), pero no hace falta haber sido testigo de un
famoso atardecer en Santorini, ni del espectáculo
circense natural del alba resurgente sobre Grand Canyon:
cualquier ciego que haya recobrado la vista
admirará la oscuridad.
domarlo por las buenas; se aparenta (¡atención,
se aparenta!) un legendario buen gusto literario,
interacción y cosas por el estilo. A cada paso, un nuevo
tropiezo, un agarradero. La cumbre se entrevé bajo la
altura, cerca del cielo en bruto del vacío, a veces
cuesta sangre alcanzarla, pero no garantiza la gloria
ni el espacio privado, ni siquiera
una caída sin mácula.
que no ha visto el mar, la clase de gente que redunda,
que aparece, se extingue y equilibra el mundo. Somos
bastión, nuestro poema acaricia las alas de los ángeles
(¡Destiny®!), es tan maternal
como autosuficiente; recluido en este
gigantesco aparcamiento de versículos pesados,
yace como una aurora desmontada,
un mástil triturado por el viento. Yace a la sombra perfecta del perfecto rosal dickinsoniano vecino de los trenes;
y nadie lo ha escuchado todavía.
viernes, 23 de octubre de 2020
ese don
En la sala de espera (es el vestíbulo de la estación),
Destiny® lee una novela
corta. Escribe con dos dedos –código morse–, escribe con
las uñas pintadas de pintura, dilapida
todo un elenco de recursos antirrítmicos. Mientras
escucha lo último de 9th Wonder, la última llamada
al desaliento, mientras inspecciona el nuevo grafiti de
la puerta del baño, memoriza el último
chiste malo de la crew.
interiorizada como una enfermedad o un sentimiento, con
su lucha de clases
intacta, esa instalación no artística, no efímera, que la
representa. Sigue el paso titubeante de los débiles, sonríe
a los ancianos con exquisito tacto, ofrece su boca de
lluvia a los peregrinos sin rumbo.
simultánea, ubicuidad). Este don de lenguas que posee, don
de gentes,
esta manera de situarse en todas partes y hablar en el
idioma de la fe que se pierde, de la luz que renuncia,
del frío que amortigua la caída del cielo a media tarde.
en la habitación del pánico. Su libro se titula Poesía,
siempre acierta: barro se llama;
su libro lleva el nombre de una novela cualquiera
no publicada, no deseada como un hijo no deseado,
abortada en el preciso
instante de la revelación, reducida al momento incompleto
(ficticio) de toda obra descollante.
pintas de cerveza, malas pintas, extravagancia y una
mirada impura, algo del sur, algo del norte,
incómodos divanes, frazadas polvorientas.
con la mejor maqueta del ensayo en ciernes, la filosofía
de la emergencia, la historia de la historia. Su mano
procede de un cuadro antiguo, sus labios pinchan como las
espinas de una rosa tímida,
su materia se funde con la materia inapelable de los
sueños; y de todo ese tiempo
surge la verdad, ahora envuelta en el fondo inmortal de
la distancia,
hermosa como nunca fuera desmentida.