Cuando la distancia se interpone
como una denuncia, un recurso, una montaña. Cuando el
cielo
no sirve, y no vuelan los pájaros, no son libres las
nubes, y el tiempo se entretiene
jugando al despiste con la soledad. Un disfraz de
silencio, la voz disfrazada de silencio, vencida en los labios,
cortejada por la sangre, de nuevo forrada
de niño sin saberlo.
su prieta nariz asiática, sus dedos golosos, su
ignorancia. El ojo de dios
aparecía todas las mañanas con sus legañas y sus invenciones,
invocaba la lluvia
en el desierto, ofrecía sus visiones tan humanas, su
legendario
egoísmo.
al rojo vivo, el cemento pone los cimientos de la
claridad, los subterráneos vibran al paso de las locomotoras,
que silban encantadas. Mariposas, abejas, viejos con
andador, chicos
tímidos, chicas en chándal y avenidas arrojadas al fango.
es el vacío, todo se disipa, todo cambia. Hasta Laura
desaparece de un plumazo, de un vistazo, del todo. Sus
manos permanecen detenidas en el vídeo,
sus hoyuelos son como un birdie inesperado en el hoyo dieciocho
del campo de golf.
algo miserable: no merece compasión. El discurso se
atrofia en medio del amor, se agazapa
en la memoria y crea una forma no divina de resistir la
nostalgia, enfrentar el formidable
reto de la pérdida. El mundo ha recorrido un largo camino
hasta la nada, un camino de Santiago que termina en el
patíbulo de Roma, como siempre,
un camino hondo y sin profetas que valgan, sin poemas que
valgan
ni anuncios de neón.
'Off the grid', GDBee |
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