Sale algo rota. Esa voz. Dice el poeta
que esa voz tiene forma, como un poema, que tiene forma de poema, su de-construcción
autónoma y su reflejo creciente.
erradican el amor (salvo en su voz). Los besos perjudican seriamente ―nada
serio. Aupado en su arboleda
digital todo es amor en la canción, no existe el desarraigo, no existe
tampoco el desdeñoso manto de la confianza.
bien, bajo el nivel del mar, incluso, la poesía sobrevive con sus
encuentros
casuales, su beneficio
efímero.
cuando un rayo de sol se entromete: eso es la poesía. El poeta se
esfuerza en consolidar su acento, su estilo
desnutrido y casi artístico (ahora resulta que ha equivocado
la época, que su nombre no pega con el siglo).
por cierto el tiempo que hace, el tiempo que ha pasado desde entonces. El
tiempo. Y la voz.
un poema que se escribiera solo, tan alto como debajo del agua, como
debajo del aire, alto como la nieve en su terreno, entrevisto por un
satélite invernal, decidido a morir de inanición
bajo su cuerpo.
preciosa, nada que envidiar al eco de las olas, al tímido aleteo de una
abeja
descarriada, nada que ocultarle a la palabra.
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