Encontrarse, de pronto. Ser.
Nada como el espacio, nada como el
cielo masivo y total-
mente cubierto de blue. Suena un
batido de Little Simz en plena recesión melancólica;
extraño es. La publicidad existe aun
en este reducto
de la filosofía, este sepulcro, esta
región sin autopistas.
Cosas
que se dan por seguras, que se tienen de pie,
cosas
desesperadas (en contraposición). Gente que aparece
en
un renglón cualquiera de la Obra, en una zanja cualquiera.
El ritmo oscurece la pasión, excede el
dramatismo de las reacciones naturales, todo lo complica.
La soledad es un ramo de rosas sin
fecha de caducidad, un manojo de demonios teñidos de diamante, un carro-
mato con ruedas de madera;
ingenuamente, el cadillac cruza por la Avenida y se remansa como si solo fuera
motor, carrocería, neumáticos y lunas,
como si solo fuera un vehículo y no una pretensión,
un lugar de culto donde morirse a los
27 de una generación indescifrable.
Y la música expresa su rocoso
incidente, su sexología espiritual, su intertextualidad
tan posmoderna, esos ojos rojos de la
atmósfera; orgasmos diferidos, letras de una canción antipática,
salmos confidenciales que anticipan la
korrupción de las almas.
Gente
que aparece a los cincuenta años de edad, sin memoria del futuro, sin enfermedades
crónicas
ni
abecedario, ni ábacos ni luciérnagas, ni bastiones intelectuales. Perros que
aspiran a una vida
mejor,
niños que no hay, niños que cre(c)en demasiado aprisa.
La novela es un santísimo arco; allí
se han colado los chicos a vivir. Planos que se superponen en la altura,
se disputan un mismo capítulo. La luz
se retiene en el cabello de Jordan,
filtra instrumentos musicales: un
piano cortado por el patrón del jazz desgrana aires
de primavera –lunes por la tarde
dedicados a la añoranza y el paseo escrupuloso.
Las
cosas que han pasado de repente, que no tienen ni nombre ni poema
y
no están en la mente del espacio. El tiempo descubre la estructura profunda, la
intrahistoria,
crea
el momento para la forma, el escenario para el horror artístico
(característico), el campo
lógico
para la vileza sobrenatural.
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