Hay vida en el espacio fértil de una página
web. El programa ha programado el desayuno en la cumbre de una colina,
luego
puedes bajar rodando la pendiente, el Sol te apoya.
existimos en este brexit interior,
íntimo y bastante fiel, nutriente y como atosigante, como inductor que te
aproxima al odio volátil de las mariposas,
el odio de los escritores de necrológicas
(y los biógrafos).
inédita (e inevitable) de Laura (tenía que salir en el poema); su vida es
tan recóndita,
tan septentrional. Hubo un tiempo
dinámico y flexible en que podías recorrer Europa sin bajar de la Luna ni
dejar de pisar los versos
encendidos, esa brasa
coral.
amenazando a los pájaros. El poema
persigue la indulgencia del Arte ―el poeta solo que le dé el aire―, la
confirmación
de un nuevo esperpento.
y en el rincón de pensar pensamos en ella y la lejanía placa con
entusiasmo
el avance doloroso, sonámbulo de nuestra conciencia.
le ha mordido la mano, que la soledad ha usurpado su sombra. Es una
cortina de humo, lo cierto
es que prefiere felicitar los no-cumpleaños en el FB
y olvidarse del mundo que la ama.
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