Esto es un secarral, el agua se encarece,
guarda un parecido errático con el fuego ―quizás. Viajamos. Viajar es el
colmo
de la recapitulación, es como ir al cine en 3D sin gafas 3D. El color
está
sobrevalorado, las praderas, las flores están hiperventilando, cotizan
alto en la bolsa de la compra.
pasa por los barrizales de Galitzia, es el tren de los combatientes de
Zweig, aquel que partía
hacia los intestinos de Europa. En la postal el cielo
reverencia al vacío, imita al Arte
pero sin éxito.
van arruinados de rojo y la ventisca
anuncia un espejo sin llama.
sirven de alimento al hambre que repta como una serpiente
escandalosa. La muerte ha terminado por hacerse un selfie con la familia completa
(el padre la miraba
de igual a igual).
acuden orgullosas de su policromía. Todos tan mudos como Laura, todos
herederos de la luna más honda
de la tierra: este poema lleva su nombre
grabado en la memoria, se parece a la brasa que resume la vida
en un penoso esfuerzo. Esta hierba remuerde la conciencia, su color es un
vector
indecible que se acuesta en el aire
como el aroma del vértigo.
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