domingo, 15 de septiembre de 2019

contrarrevolución


Contra la realidad paralela de la Historia, ¡contra los poetas!
Somos pioneros, nuestra razón de estado es un estado de facebook,
nuestra luz racanea la lógica, parte de cualquier parte del universo
observable, es observada al microscopio, electrónicamente dividida en cuantos
discretos, ¡qué emoción!

El crítico acierta a la tercera, se corresponde con un arquero expresionista, se mira en el espejo
y apunta al apuntador, pluma de gatillo fácil.

Te transportan a un espacio irreconocible, un campo dentro del campo, hay: un pastel de margaritas,
algo silvestre, salvaje como un gato montés, una nación de árboles aislados, bosque
inmortal. Se produce una morbosa sitcom sin argumento, la entrada al desarraigo
perfecto y las mortificaciones. Aquí puedes morir a manos de la noche. Si la noche. Si aquella cantidad
de recopilaciones y remakes, si los muertos
renaciesen de nuevo torcidos y terribles, poéticos y huraños.

Personajes de ficción como única autoridad, único gobierno; policía
sin uniforme ¡contra los poetas! y su vestimenta, contra la estirada manía de
soñar, la maña contrahecha para reunir palabras y ornamentos, para verbalizar el fracaso asistencial.

Entre el musgo fehaciente y la jerigonza semiartística de los expertos, su boca
pequeña y habladora, su liricismo vergonzante, su lirismo
altisonante, la vanidad que anima cada una de sus intervenciones de riesgo (el orgullo
monetario en su apogeo).

Lleva una máscara, la autoridad. Y la vida. La vida se enmascara de fúnebre charada,
te sujeta la mano con su mano de hierro; nada de pelo, ¡es el rozamiento! La piel no es el misterio
number one de la pintura, la piel es un comienzo y una conmemoración.

Si una noche despiertas con un libro en la mano. Con un café
caliente en una mano y un libro en las rodillas, y el mar se agacha frente a ti, como a desmano, sin ganas,
y los planetas giran moribundos junto a tus ojos celestes. Si conoces mejor al actor secundario que a tu propia
familia y ya no te acobarda la inocencia, entonces, y solo entonces,
escribe el verso siguiente, lucha, defiéndete de la oscuridad y sus alardes.



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