sábado, 2 de junio de 2012

buenos días


Tristeza, qué alegre estás,
qué alegre me caes del cielo,
qué agradable mirarte en el espejo,
con esa buena cara y esos ojos preciosos.

Vengo de la caminata, de andar tan alto,
he caminado sin poderlo evitar.
Tú me recibes -qué alegre- dentro de la casa triste.
Te miro en el espejo y veo
una fiesta chafada, un perro vagabundo, un sol de arcilla,
una muñeca rota con los ojos preciosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores