martes, 6 de junio de 2017

invocacion


Cuando ya parece que termina el sentido de las agujas del reloj y los cuatro puntos
cardinales se reúnen para dejar pasar un trazo de viento
helado. Y da la triste impresión de que el ceñido verde ha remontado su negrura hasta la caverna y más allá,
hasta el escudo doloroso de la muerte (como todos los campos). Y el cañaveral se ofrece
desnudo a la inspección de las gaviotas; los puntos sobre las íes de los barracones que no dejan
pensar, manchas de color tierra,
tierra que se revela púrpura como un tesoro.

Cuando la sangre. Y que todos los besos se resumen en un labio, todos los toques
en un salto mortal hacia otros cuerpos. Y la guitarra firma su condena, cenicienta del rap y su bendita
clemencia, un organismo vivo que forma lágrimas sin norte,
siempre al sur.

Y se mueve, y se muestra un cabello fracturado en distintos cadáveres, santas baladas, auroras
muertas extraordinarias, vértigos que son tan altos. Y es una melena candada en el suburbio,
derrotada entre ladrillos de adobe, hecha al rumor de los riachuelos,
a la luz continental de la montaña y su resplandor dormido. Y es una corona de espinas
diseñada por el aire, anunciada por el león de la noche.

Entonces, solo ella,
ella víctima y flor de la palabra, víctima del incendio radical
de un mar de silencios encadenados al fuego –lava, sangre de aurora–, montados en su carril de estrellas, edificándose
sordos como mariposas negras, tan olvidadizos.

Hay una fórmula más refractaria que se dibuja en el lienzo
automáticamente, que se plasma en un quejido infalible. Y el poema trepida, oscila sobre su eje cubierto de plumas,
suenan palmas y aparece el desaliento como una indicación de la fortuna;
cuadro fantástico, tacones y joyas en la malla oscura de la infancia que se adivina en los ojos. Contra el fértil
abanico desplegado como un batir de alas, riza el poema su eterna
elegía, finge memoria y atardece hacia cualquier río ausente.

Qué original se refleja en el cuenco de las manos el agua que has de beber, la prontitud
del estanque, su voz de tramontana, flamenco que asciende en salvas y se despeña luego, alza su mano
fuerte y te sostiene en vilo. Halla la manera de desinflarse como un ángel, su anunciación
y la renuncia que pone su nombre en la frontera tallada entre dos rosas invisibles.



2 comentarios:

  1. Me gusta.. Las palabras......, un gran volumen de frases que..tienen para cada cual un significado subjetivo.
    Pero sigo opinando que los grandes narradores(Tom Wolf,Heminguay)
    Fomentan; y esto es subjetivo
    La transparencia de los relatos de hechos vividos y sentidos
    Un saludo

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  2. Yo... entiendo la poesía como si fuera un lenguaje en sí misma. Por eso, no es que quiera decir algo, sino que, simplemente, lo digo, no busco un significado más allá del que posee el propio lenguaje en su "literalidad poética".

    Muchas gracias por tu valiosa opinión. Un saludo.

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