sábado, 7 de julio de 2018

disney para escépticos


Mickey Mouse ha poseído a un agente comercial. En la isla de plástico del Océano
Pacífico ha sido vista una Atlántida moribunda,
una más. De buena tinta: Machu Picchu es un garabato técnico de los extraterrestres, dios padre, hijo y espíritu santo. Afirmaciones
como películas de terror, conchabeos deprimentes entre iguales. Trabajo que hacer.

La culpa la tuvo el servicio secreto, que puso micrófonos a los poetas, escuchaba a los turistas, se metía en la vida
de la gente insignificante, ordenaba seguimientos a mascotas y robots
y envenenaba naranjas con agente naranja mientras encargaba
misiones al agente 006.

             En el dichoso Parque manda ahora una policía angelical
que actúa sin placa y sin permiso, sobrevuela solares discutibles, organiza redadas en la red,
pesca en aguas contrarrevolucionarias. Destiny te esposa a una columnata clásica y luego te pregunta la lección,
del recto Partenón a la claustrofobia de Silos, pasando por los soportales de Santiago, un leve tour
egipcio, ruinas y fábricas abandonadas, todo bajo la lluvia y el colapso
inminente de la fidelidad climática anterior.

El ángel actualmente conocido como Destiny
saborea su lustrosa primavera original, atraviesa una etapa floreciente, disfruta de supremacía azarosa, afinación del estro,
vivacidad y contoneo propios. Es más: grafitea citas escolásticas con aparente desapego,
discute la potestad a las autoridades y deposita coronas en cualquier temeroso jardín.

Niños desterrados completan la imagen icónica de la continuidad, forman parte de la biopsia
social realizada al efecto. Nacimientos y funciones en un solo acto
miserable, mixtificaciones musicales, topos con el síndrome de Mr. Hyde. Una confusión extraordinaria
es necesaria para la evolución del Arte (afortunadamente aterradora). No hacen falta milagros, sino catedrales de goma,
seos de cartón piedra, decorados de saldo para la representación gratuita de la esperanza.

No hay Ángel como ella, tan espléndida entre iguales, desiguales hasta la médula rosa de su desafección glacial.
Cuántas aspiraciones arrebatan el trono desvencijado donde reclina su malherida espalda.
Animada Princesa que rompe su corazón de aguja ante un círculo de escolares hambrientos.


policía del Parque

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