viernes, 16 de septiembre de 2016

interior y gigante


No es por el salto a la fama, la gran pantalla. El escenario jadea,
el jaleo ofrece un bis. Jordan es una estrella del rap que sueña con un parque interior y gigante donde todo sucede,
tienen lugar el reconocimiento y la barbarie. Es cómico
pero el sueño se basa en un poema recurrente, espiritual
como un vacío glorioso, la nada puesta negro sobre blanco, en sus términos,
líneas rojas timbradas de silencio.

Estamos la hechicera, el ángel, la princesa y YO –dice Jordan en la consulta de su psicoterapeuta (el poeta
es un cadáver que no habla casi nunca del amor).

Esto es una primicia, declaraciones exclusivas en un aparte
del festival; Jordan aparece con un vestuario decisivo, sus piernas brotan como lápices amargos, son hermosas. Dicho así
no tiene sentido pero el poema no se compadece. Para escribir,
barbitúricos y alcohol en exiguas prescripciones, algo menos atemorizante
que la heroína con todo su séquito de fracaso perdiéndose por las venas del recuerdo, escociendo en las venas
sucias de una realidad a la medida de la peor gran literatura.

El sueño duele por sí mismo, se acentúa,
áspero e irrechazable; en un descapotable acuden los pioneros (su charla con un deje cerrado)
desde el paraíso, uno de ellos se parece a un dios obeso y terminal; su música
ensordece un rato la secuencia, paraliza la gracia.

Jordan mece una novela en su regazo, esto realza
su belleza elocuente. Su alma acaba de bajarse del tren y ya parlotea con los pájaros;
en el parque la posibilidad de un reto, la posibilidad de un ritmo.
Y bailar sin que nadie te vea, sin que nadie consienta, oiga el repiqueteo de los remaches de acero en el jardín.

La rosa ha metido la cabeza en el sueño sin dejar de brillar, ahora
acapara la entrevista envuelta en una soledad mejor que nada. Arde la pantalla grande por un roto
de aspecto natural; qué rostro se refleja y anuncia un tesoro de luz. La felicidad atruena durante un capítulo
y se evapora entre ramas de sombra y malas fotografías de una capital abandonada.



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