domingo, 18 de septiembre de 2016

temporada de caza


Hoy, un caudal de violencia soterrada, larvada o labrada sobre la piedra. Rocas
que son escombros, columnas que son vigas maestras arrasadas por un tiempo mejor. De las vigas se colgaban los hombres
tras perder el trabajo, el reloj de su padre, la esperanza. Ved: una chica morena que perdió su trabajo,
el reloj de su padre, la esperanza, y no buscaba un tiempo mejor,
no buscaba el amor sino el espacio, una casa común.

La noche repuebla estrellas con tenebrosa eficacia, dicta gratificaciones a la sombra
marchita que oculta su rostro en el desagüe. Alguien siempre al acecho,
incómodo, domesticado por los bates de béisbol y las balas, orgulloso de su espíritu y su marca. Se necesita
un milagro. Sea una acción disparatada, un beso con la mano izquierda; esta
temporada de caza,
y las trampas que vienen con el rostro cubierto como parches de jazz.

Perlas suicidas y un hombre en el puente, una mujer desnuda;
hay un hombre desnudo sobre el puente, quieto como un espantapájaros, saltando al vacío desde su propia voz.

Ya no pasean, sofocantes, los amigos, las novias. Solo se reproducen
carreras y sorpresas, escalofríos cuerpo a tierra, el color de la sangre rebotando en el esmalte del cielo retador,
encharcando voluntades. Arrastrarse es una forma de hacer camino, aunque te pisen. Los chicos se esfuerzan
por el rescoldo de la música, esa calle cortada a cuchillo, sienten el roce de la melodía rota del suburbio, fingen
curiosidad por la materia misma de la rendición.

Ah, todos revolucionarios. Hechos al prodigio, devotos de la casa de socorro. Vamos al convento,
el monasterio que mantiene selladas sus cancelas, sus frutales en onda, campos
sin arder sembrados de misericordia.

El amor ha progresado también, no ha sido prohibido ni descansa, simplemente
ha muerto de grandeza. Las chicas ya no disparan contra él. Ha dado un vuelco el firmamento; ahora vota por el astro
equivocado, un planeta corrupto que gira alrededor de la verdad. Pues nadie es feliz en medio
de este tiroteo clandestino que no te deja salir a respirar; la sed duerme en los labios del mundo
y el aire se llena de nostalgia, como de sangre nueva que ya no busca un tiempo
mejor, que solo busca el silencio de una fosa común.




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