martes, 12 de enero de 2016

argumento de peso (es un decir)


Gaddis en el retrovisor. Al escritor se le ven las costuras del oficio. Una complejidad como el diluvio
de las palabras graves, con sobrepeso, ¡ah!, lexicalizadas. A Jordan esa literatura le da igual,
no la conoce. No tiene mucho tiempo para abrir un libro. Pero ha leído
a Danielewski y a toda su Familia. Y eso basta.
Es como leer a Henry Roth a merced de una corriente salvaje. También con Roth es suficiente.

El poeta prefiere ser poeta para no tener que ser como el escritor, y como Gaddis. Aunque nadie lo sea en realidad.
Nadie como Gaddis. Es un decir. Se identifica el trabajo minucioso, la orfebrería y la construcción
deliberada, delicada, el largo plazo en el pensamiento de la obra, la férrea decisión de ascender
a la posteridad. Ser o no ser. Escritor. Gris entiende de literatura:
solo se come los libros encuadernados en rústica. Es un decir.

Cuando Jordan encontró al Arquitecto
éste le enseñó su biblioteca pública preservada a fuego de la rapacidad de los poetas chiflados, de los locos
en general. Allí estaban Jeff Noon y el amigo Jim Dodge, Brautigan y Poe. El fundamental Steve Earle.
Ella se empapó de la cultura preapocalíptica
(era un decir) y fue propagando la buena nueva, diseminando conocimiento y estilo por las proximidades del parque,
su región. En cuanto estuvo dispuesta, el Arquitecto, solemnemente, la coronó Princesa del Ensanche, en presencia
del Espejo y sus imágenes más queridas, sórdidos retratos de una vida interior.

Joyas. Trenzas. La mirada de un replicante y el corazón de una bestia medicalizada (tierna). Siempre
como esperando el autobús municipal, con esa disposición
a la vez intrascendente y religiosa. Sin tiempo para abrir un libro, aun saturada de ciencia ficción y musicales de impacto.
Absorta en la contemplación de su musculatura lírica, apenas indiciaria, las posibilidades
ciertas, abiertas de su corpus literario, la escrupulosa elección de referentes y musas.
Y una solución corporativa.

Oh, ella reluctante, opuesta y decisivamente
contraria a la masa poética, la Poesía toda; su innata reacción negativa ante el efluvio lírico y sus manantiales de hierba,
negándose, pues, a ser parte de. Ninguna parte. Fijos los ojos en el letrero bajo el letrero de la esquina,
su dinamismo empresarial: ¡Grandes Almacenes Fulano de Tal! Infografía,
rótulo y espacio entre caracteres, color y ampulosidad final. Diseño capitalizado a un buen tipo de interés,
como en los viejos tiempos.

Jordan lee cualquier libro. Menos la biblia –es un decir–, que es demasiado pesado.




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