lunes, 20 de noviembre de 2017

dos inviernos y un día de verano

Matt Black: Lost Hills, CA

El tiempo pasa; el tiempo es un objeto
escondido al alcance de la mano,
el futuro, que muestra su esqueleto:
dos inviernos y un día de verano.

Al tiempo le fatiga estarse quieto,
pasa del arte puro al puritano,
de la página en blanco, al mamotreto,
del polvo que ha de ser, al cuerpo sano.

Hace tiempo que el tiempo no se casa
con nadie, dura un siglo y luego pasa
por el ojo de un nudo corredizo.

Ocurre que acontece, y eso duele
como que un día de verano hiele
tras dos inviernos muertos de granizo.

2 comentarios:

  1. Una vez escribí un soneto... supongo que muy malo. Leyéndote dan ganas de intentarlo de nuevo. Besos.

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  2. Muchísimas gracias, Carmen. Es un honor tenerte en mi pequeño espacio. Besos (yo escribí decenas y decenas de malos sonetos y aún sigo haciéndolo 🙃 escribir mal es parte de la gracia de escribir).

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