Seríamos como ellos, pero no nos sale, nuestro
esfuerzo es sincero, nuestra ansia. Nos sale el Ángel
enseguida, como una bala; qué flaco nuestro
músculo adaptativo, qué falso.
aturde con su reverberación, se estrella contra los muros
de la patria,
es una estrella inventada. Nos sale el pus de las
lamentaciones a nada que apretamos la herida
abierta, a nada que nos vamos construyendo.
(todavía), ya crece como la hiedra sube por las paredes;
es natural
este enfado de la naturaleza, lógica esta concatenación
de las obras públicas y sus actuarios. El poeta
surge de una temida mañana o una noche intransigente,
brota como el aire del puchero universal.
del pensamiento continuo, un plato de legumbre, un terceto
espachurrado. La capilla sixtina del rap
embota nuestras elucubraciones, ordenamos un movimiento
celular
determinado, pensamos por los codos. Pero todo está
dicho hace un segundo.
qué distendidos. Alguno cree en dios, escribe y se reboza
en sacramentos y leyes,
algunos son imprescindibles. Nosotros aprendimos a palos,
del golpe seco de la nube, vivimos
en el patio trasero del infierno, ponemos ojos
desorbitados al mundo.
Nos sale el Ángel por su propia fe.