lunes, 16 de mayo de 2022

condenada ciudad

 

Cigüeñas sobrevolando los cañaverales. Helicópteros
sobre las chapas caldeadas del zinc; hay una ciudad en marcha
derribando fronteras a golpe de recelo
y actitud.
 
El flow procede de una muchacha
extranjera (Jenevieve tal vez) que otea el horizonte —es una vertical
introvertida, un gris que oprime, un velador
de colores tropicales—, canta
como una especialista.
 
En los prolegómenos,
encontramos una tribu de prestidigitadores alardeando; la arena
entra en los zapatos, es el incordio natural.
 
Destiny® todo lo observa; ha observado
el agujero negro central de la galaxia: 4 millones de masas
solares haciendo sus diabluras, un centinela
neutral (parece que los Ángeles
extreman cierta monotonía).
 
No es Poesía. Esta inteligencia no tiene nada que ver, pero enciende pitillos
en la oscuridad, es un zippo destinado al olvido, esta
escritura ingenua que se nos va de las manos (fluye).
Que no se puede creer.



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