martes, 4 de septiembre de 2018

a propósito del aire


Presentimiento de un crujido existencial; asistir a la crucifixión de la esperanza por un poco de idioma,
al agarrotarse del crédito cuando todo se queda arrinconado, máxime en una esquina turbia y no solemne de la cabaña
construida en centralpark por una compañía de tahúres. Esta ciencia
ficción se sostiene sobre un arquetipo colosal: el monstruito creado por la industria.

La literatura se ha tomado un respiro, ha tenido a bien concentrarse en la prosa
vacía de una juventud resuelta, en la prosa vacía del mejor de los talentos. Quién escribirá la poesía
compulsiva del milenio (interrogación). La sintaxis de un cuadro de Murillo en el que una señora
lleva anacrónicos anteojos beatleanos, la perfección ominosa
retenida en la obra fresca del pintor favorito de la corte fetichista presidencial.

Mucho se ha escrito sobre la chica encantadora que enfila delirantes rumbos neoyorkinos con un joint
entre los labios (ensamblados a conciencia), un joint exonerado de conciencia,
maquinado con paciencia deportiva. No hay poeta que no haya cometido sus especulaciones
versátiles a propósito de, no hay paleta que haya pasado por alto la acometida colorista de su articulada
majestad combinatoria, su rápido paseo a cámara lenta, libre de singularidad
como de apasionamiento y discreción.

No es que fuera bella. No es que su belleza: NO.
Es que su palabra. Su contrapunto atávico, esta pavorosa concisión expresiva sin parangón
felibre, su encomiable divisa poética, el mainstream compositivo de su permanente revival. Su Karma medio ful
y su cáliz medio lleno, la matemática estridente que absuelve sus actos
virtuosos, el parloteo mecánico de sus ojos marciales.

Es tan crudo asistir a la perfomance deconstructiva del poema,
anotar el sadismo en breves párrafos y crueles bocetos académicos. Subirse a la tarima del asombro y analizar
el contenido exacto de la ausencia, su nerviosa idea de la nada. Tirar la luz por la ventana
y desistir de toda forma, toda razón y todo compromiso con el arte,
con el auténtico silencio y la devastación.



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