domingo, 18 de octubre de 2015

encuentro en la primera fase con la chica-milagro


Contra su alma, el pensamiento, la inequívoca fuerza de la mente
distribuyendo amor. Sobre su alma,
el mar con toda su pobreza -el vientre hinchado-.

Un impulso que está escrito pero no se deja oír, no se puede decir de esta manera
ajena del lenguaje, esta forma probable de las sílabas, este color
azul de las palabras. Hay un terreno aparte, lejos
de aquella fortaleza del sueño, aquel instante de muros agrietados,
su propia eternidad escalofriante.

Su alma, la que se balancea suelta, la que va y viene en su levitación tranquila, la que regresa inmaculada.
Órbita que describe su zozobra, la obra suya tan personal, obra de un millón de vidas;
el milagro de la chica-milagro, descalza como solía, como suele
(también en invierno).

Ella que ha devuelto al cojo la salud, enviudado a la más tierna edad, que se ha quedado
huérfana. Ella que ha sanado a las multitudes agolpadas en torno al tanatorio y sus accesos fúnebres,
colapsado las urgencias de vacío, asistido a los héroes nacionales,
astronautas y demás especies. Su mano nada blanca, su mano oscura como un reino, oscura como bajo un puente,
maravillosamente ha rociado el tacto auténtico de la verdad.

                La policía preguntó, hizo indagaciones, investigó el mal trago de los supervivientes,
                que por lo general hablaban de una pequeña diosa, una muchacha
                idílica. Lo más interesante: su cabello estremecedor.

Una pequeña procesión de bandas y bandadas, lazarillos hambrientos, ciegos que lo fueron,
una estampida de caballos célebres, zorros heridos en una pata, perros atados a su infancia y su naturaleza. El corro
de los artistas, en última posición, disputándose las sobras del banquete,
henchidos de cerveza y liquidaciones.

Nada que cantar, nada que exprimir, el arte puesto en fila, dilapidado en frases carroñeras,
solos de guitarra y rimas de guitarra eléctrica. El tamaño pesado
de sus dilaciones, balbuceos y metamorfosis. Pretensiones y mal karma, el recurso a la locura
y la fruición del suicidio, su performance. En síntesis: las drogas y sus antecesores, las drogas
y sus morfemas, las drogas y sus adquisiciones, sus trípticos de cuatro metros, sus ácidos colgados,
su palanca.

Ella en su carrusel atemporal, contenta como en el siglo diecinueve: qué vestido estampado, qué moderna
silueta (trenzas tan musicales). Gateando como una Alicia
en ciernes. Y mañana las mismas sombras, el mismo sombrero de copa, semejantes historias de depravación:
el parque y sus escenas, la casa de socorro y el comedor social.
El mundo entero contra todo el mundo.
Para siempre. Como siempre.




2 comentarios:

  1. Y para siempre y como siempre la poesía sigue viva.
    Y ahí seguimos con esta manía de escribir un poco cada día. Amén.
    Abrazos

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    Respuestas
    1. Hola, Emma. ¡Qué alegría verte por aquí! Gracias por acercarte. Y sí... La escritura es un refugio agradable. Besos y gracias de nuevo.

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