sábado, 9 de marzo de 2019

cara de haber amar


Esa cara triste fue un regalo del alma; empezó por los ojos, que miraban
hacia arriba todo el rato y calcaban el color del empedrado celeste. De arriba cayó el cielo
en su forma de libro aburrido, pero no cayó el cielo, cayó un libro de poemas rotos que se vulgarizó con el impacto:
desencuadernado.

En su rama baja, el árcade tañía un pétalo de pan, rascaba una moneda
rubia, ocultaba el oro de los panteones entre nidos abrigados, eslóganes de una sola letra
púrpura, rayos desencajados de un sol crepuscular.

Esa cara triste es un regalo del tiempo. Jordan no se mira al espejo al levantarse, no se mira al espejo
antes de salir, no se pinta los labios,
no se pinta la raya de los ojos
ni se pinta las uñas. Porque siempre colorea un espejismo,
disminuye la dosis de realidad con una pincelada arborescente, un aforismo casual. Sus ojos canturrean un pasado
feliz, se las ingenian para retroceder a su pequeño mundo dislocado en un arco de silencio.

Entre el silencio y el humo existe una misión
legendaria que llevar a cabo, un recitado inarmónico que salmodiar, que sermonear
sin escrúpulos. Aunque los signos envilezcan el porvenir a base de improperios como cifras en la lengua del cuervo,
extractos de inocencia dorados en la pira de un volcán caudaloso, palabras
intocables.

El poeta se explica con cara de espanto, de no ser. Serenidad rasgada por infinitos
puñales, una cortina de aire pesado, el peso de la necesidad y el don de la estridencia, y el aura. El poeta se aplica
técnicas de interrogatorio personal, una ley distinta para cada día de la semana. Las circunstancias
mudan como nudos de plata, se estremecen en la piel del horizonte,
barcas incendiadas, fuego en el arpa de una voz ideal.

Jordan, oh, qué triste parece su mirada, su halcón
qué rápido desaparece de la vista, sus manos cómo arden, recitan este verso locamente, se abren a la forma de otro
cuerpo, a la llama cenital de un solo beso, al contacto terroso de la sangre que desnuda sus labios
de carne y poesía, de todo corazón.


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