Todavía
el silencio te retiene
en su jaula
dorada. No encarcela
tu voz
como una luz que ya no vuela.
Todavía
el silencio te sostiene
la
mirada de hielo que me hiela
la
sangre sin que nadie la condene,
ni
siquiera esta voz que me consuela.
Se hace
la luz en toda tu palabra,
abro
los ojos aunque no los abra
y
escucho un corazón que no latía.
Oigo
una voz que no es tu voz y es tuya,
veo una
luz sin voz que la construya
y presiento
que es tarde todavía.
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