miércoles, 14 de abril de 2021

al norte de la realidad

 

Limita al Norte con la pureza, organiza el secuestro de la tierra
virgen; hasta el Sol parece increíblemente
despojado, rayos como autopistas repetidas, ritmos que abundan en la infamia de las especulaciones.
Somos libres. La libertad comienza por, es un abuso
específico de la ley, sucede a un deslizamiento frontal de placas tectónicas americanas,
un fraseo genial con dedos de lava fría.
 
Al Norte sabemos lo que hay, hay un desplazamiento al rojo de las navidades,
una satisfacción incorporada. Los trámites navegan fiordos; sacamos la entrada para el espectáculo
natural (pero hoy cancelaron la función, hoy solo lluvia: una burda estimación del trozo de planeta
que nos corresponde).
 
Oh, Naturaleza viva,
fehaciente, Mayúscula vitalidad infatigable; gente que cliquea por la calle
con el iPhone caducado, sin las ideas en regla, sin una identidad sexual ad hoc. Asombrosa
gente que conoce a Joy Crookes (su voz nocturna) y la atesora o asciende a algún que otro significado
profundo (gente artística: ordinary people).
 
Qué personalidad; la altura definitiva es importante como un bálsamo,
inaudita como un sacramento administrado a desho(n)ra. El frío debe continuar, es cool. Hielo y parques
de atracciones, pistas de hielo, potras y caídas de impacto. Un nombre
intacto entre tantas pisadas diferentes, camino hacia nunca jamás.
 
Ahora vemos árboles de distintos tipos, altos como rubicundas muchachas boreales; su naturaleza
es ejemplar, promete sensaciones al filo de la inestabilidad
molecular, dulces pérdidas de entropía y noción. No existe el fracaso en su mirada, ella
es sanadora y filantrópica, practica la hipnosis, es práctica sin ser condescendiente. Ah, y su familia guarda
parentesco con cierta rama metafórica de la razón pura, cierta
esencia inafectada, semejante concepto de la convicción y el éxtasis, tal
belleza dominante. Así sea.



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