jueves, 7 de octubre de 2021

alto como la nieve en su terreno

 

Sale algo rota. Esa voz. Dice el poeta
que esa voz tiene forma, como un poema, que tiene forma de poema, su de-construcción
autónoma y su reflejo creciente.
 
Algo rota, algo incipiente, semiderruida, algo empapada; los versos
erradican el amor (salvo en su voz). Los besos perjudican seriamente ―nada serio. Aupado en su arboleda
digital todo es amor en la canción, no existe el desarraigo, no existe
tampoco el desdeñoso manto de la confianza.
 
Aquí la altura es indiferente, al nivel del mar está
bien, bajo el nivel del mar, incluso, la poesía sobrevive con sus encuentros
casuales, su beneficio
efímero.
 
Alta como una paloma; pero ella no. La noche se esfuerza por consolidarse
cuando un rayo de sol se entromete: eso es la poesía. El poeta se esfuerza en consolidar su acento, su estilo
desnutrido y casi artístico (ahora resulta que ha equivocado
la época, que su nombre no pega con el siglo).
 
Romanticismo y promesas, un amor innecesario, estrafalario; tenemos
por cierto el tiempo que hace, el tiempo que ha pasado desde entonces. El tiempo. Y la voz.
 
Alessia Caracciolo tiene una voz entre las manos, es como
un poema que se escribiera solo, tan alto como debajo del agua, como
debajo del aire, alto como la nieve en su terreno, entrevisto por un satélite invernal, decidido a morir de inanición
bajo su cuerpo.
 
Fuera de aquí resuena el silencio dentro de su pecera y su voz es
preciosa, nada que envidiar al eco de las olas, al tímido aleteo de una abeja
descarriada, nada que ocultarle a la palabra.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores