viernes, 28 de mayo de 2021

el mundo a una distancia abrumadora

 

Cuando la distancia se interpone
como una denuncia, un recurso, una montaña. Cuando el cielo
no sirve, y no vuelan los pájaros, no son libres las nubes, y el tiempo se entretiene
jugando al despiste con la soledad. Un disfraz de silencio, la voz disfrazada de silencio, vencida en los labios,
cortejada por la sangre, de nuevo forrada
de niño sin saberlo.
 
El cielo se ha abierto y un Ángel ha asomado
su prieta nariz asiática, sus dedos golosos, su ignorancia. El ojo de dios
aparecía todas las mañanas con sus legañas y sus invenciones, invocaba la lluvia
en el desierto, ofrecía sus visiones tan humanas, su legendario
egoísmo.
 
Hierve la ciudad, culmina el asfalto su andanada de viento, su color
al rojo vivo, el cemento pone los cimientos de la claridad, los subterráneos vibran al paso de las locomotoras,
que silban encantadas. Mariposas, abejas, viejos con andador, chicos
tímidos, chicas en chándal y avenidas arrojadas al fango.
 
Cuando la distancia
es el vacío, todo se disipa, todo cambia. Hasta Laura
desaparece de un plumazo, de un vistazo, del todo. Sus manos permanecen detenidas en el vídeo,
sus hoyuelos son como un birdie inesperado en el hoyo dieciocho del campo de golf.
 
Hay, por ahora, un verso distorsionado y solo, arrinconado por el tedio,
algo miserable: no merece compasión. El discurso se atrofia en medio del amor, se agazapa
en la memoria y crea una forma no divina de resistir la nostalgia, enfrentar el formidable
reto de la pérdida. El mundo ha recorrido un largo camino
hasta la nada, un camino de Santiago que termina en el patíbulo de Roma, como siempre,
un camino hondo y sin profetas que valgan, sin poemas que valgan
ni anuncios de neón.


'Off the grid', GDBee

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