lunes, 1 de noviembre de 2021

esta vida inocente

 

Todo lo que necesitas es
Friday Black. Un viernes para cada semana, intercambiable, un mostrador
donde depositar tu sueldo ―tus sueños―, un aparato al que arrimar la visa inocente, algo en regla
como un papel cuadriculado o el cable de la luz.
 
Todo lo necesario y más aún que el aire que respiras y que la sangre que se acelera
indecisa por tus arterias tóxicas; hay un circuito cerrado de cosmovisión que recorre el universo
con un flash intensivo, registra el contoneo espabilado de las córneas, el régimen
oblicuo de las inclinaciones.
 
Está Olivia Dean esparciendo su semilla melancólica, 
desarrollando una melodía sostenible. Está la gran literatura que te concierne, las autoras que desconoces,
las páginas en blanco al principio de cada obra con sus dedicatorias y sus frases
conmiserativas de autoayuda
y autocontrol.
 
Mejor sería teclear ctrlaltsupr y desaparecer
del bucle, ¡hazlo! Este viernes tienes que reconducir tus inversiones, tus enfermedades, debes
anticiparte a la soledad y adquirir un aura
casual.
 
Ella puede ayudarte (es un Ángel), puede decirte la verdad para variar, o puede
hacerse la interesante detrás de un cristal antibalas, darte
suerte de una vez.
 
Hace tiempo que el invierno no está por la labor, suspende su planta nevada y cacarea un atlas
benéfico ―ha construido un cercado que contiene el campo y contiene
el mundo; hace tiempo que las sesiones del psicoanalista acaban en una epifanía. Que la pantalla
te refresca las ideas pero no te ofrece una tregua, sino un bis
titulado "Los Mejores Momentos del Día de Mañana".



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