Un Ángel ha soñado con Alicia Keys, ardides del destino,
facilidades, facultades de las cosas, un karma insólito.
Como soñar con una manada de caballos
salvajes, sus crines relucientes, sus cascos minerales.
Como
caer, y levantarse, sonreír de aquel modo
platónico, patriótico. Feliz.
corre como un descosido, echa a correr detrás de su cola
perruna, gira tras su rabo perruno,
anuncia un giro catastrófico de las formalidades. Hay
algo cotidiano
que ocurre una vez en la vida: un asesinato, una
persecución. El niño que consigue su primer milagro, que flota
sobre la tierra, camina sobre las aguas igual que un
profeta
desterrado.
vaticinan peligros morrocotudos, invasiones tártaras,
dominaciones de las dominaciones, aberraciones
de los abejarucos, sucesos naturales contados casi como
muertes naturales,
crecimiento de plantas y árboles en vías de desarrollo.
Culminación del desencanto de algún río
especialmente funesto pero orlado con un nombre
llamativo y sonoro.
pero quién sabe. Si el poema escoge a sus líderes
universitarios, sus portavoces
sindicales. Hoy es otro día de huelga en el infierno,
será un día para leer el Manifiesto, para manifestarse
debilitados por la droga en la sangre, dormidos y
desharrapados, en las nubes
y en Babia, abducidos por el espectáculo
coral de la contradicción y sus valores eternos.
invisibles sin saltarse un solo semáforo, llevan un
mapamundi en sus cabezas de chorlito,
siguen la variedad del humo, su aroma inocente. La luz,
en cambio, no tiene buen
oído, salva la situación con esa fortaleza de los
pequeños dioses,
esa rocosa industria suya de la realidad.