jueves, 18 de febrero de 2021

irresistible

 

Amar en el supermercado, en fila india, amar hasta el último centavo (y esperar).
Entrar en la oficina de patentes y amar al genio desprovisto.
En la Real Academia de la Lengua, amar a las letras del tesoro.
Amar sin voluntad, como los Ángeles.
 
Amor y temperatura; el amor imprime su física veloz en los espejos, destaca entre montículos
sentimentales, montañitas de grava, los terraplenes por donde cabecea la bolita del campo escalar; hay
un vacío verdadero en el amor que no puede llenarse con palabras
sinceras.
 
Forman versos en el aire; las palabras forman versos en el aire,
aman terriblemente, son industriosas amantes. Oh, Emily, tú que alcanzaste a escuchar la levedad de la corriente,
sobrevives en todas las partículas del Arte, sus manifestaciones
atrevidas, sus escarceos triviales, eres la canción del mediodía, la fruta
que madura bajo el forro del viento.
 
Soñar con un silencio incómodo, el roce
de una piel, una metáfora demasiado presente; el peso del amor
es como un saco de cemento que fractura huesos e ilusiones, forma versos en el aire.
 
Amar en la fría parada del autobús, situarse tras el último pasajero y amar hasta el último viraje (y esperar).
Dejarse arrullar por el encanto de la Naturaleza, ser natural hasta la náusea, amar la evolución
de las especies, su descarnada inteligencia, su justa reciprocidad.
Amar los heroicos documentales de la madrugada.
 
Como dentro de una burbuja de olvido, como cerca del Sol;
amar como un átomo de hidrógeno, como una selección de música enconada. Tender a la emoción
estricta de las lágrimas, amar incluso como un Ángel, sin resistencia, 
e incluso como el mismo, ingenuo, dios.


Jaroslaw Puczel, Lovers [olej na plótnie]

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