martes, 15 de diciembre de 2020

lo que parece

 

Reminiscencias de una guitarra flamenca a la sombra del hop. Es el pan
nuestro, la cosa nostra, nuestro pequeño negocio
afanoso de la solemnidad.
 
La crisis ecológica que viene, su monto aproximado; el dow jones se estremece,
decide apalancarse cerca del lago Tahoe, cerca (tal vez) del invierno, de Walden y su profundidad
remota, sus peces de plástico y neón.
 
Arrecian los tambores de la rebeldía, los puños apretados
se levantan, y es tan atronador el silencio. El hijo pródigo regresa con un puñado de dólares,
va derecho hacia su árbol genealógico y cuelga una soga de la rama más sórdida. La profecía
insiste, de hecho, en ese aspecto concreto de la revolución.
 
Arden los ríos, y todo es de una pesadez
artística, literalmente simbólica y real. La piscifactoría ha recibido la visita
o la invasión de una colonia de avispas, tampoco eran gorriones, eran seres higiénicos, voladores
ingenuos dotados de aquella fortaleza volcada en el vacío.
             Bajo la corriente, corretean los salmones su campo de violetas,
rocas y anzuelos dialogan con la espuma,
conspiran una temperatura ideal.
 
A cuántos grados se funde la materia de los sueños –se pregunta la noche. Estrellas hubo con problemas
formales, dudas tenebrosas, altas
condecoraciones pichadas como mariposas en un corcho gigante.
 
Los automóviles fingen compañerismo: solo es ruido; en el calendario, los días
festivos se cambian de ropa, el cine abre las puertas y empiezan a sonar teléfonos ocultos. La vida
toma un rumbo cálido, recobra el sentido y parece decir.
 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores