viernes, 5 de abril de 2013

destino


En estricto silencio, azabache, ala de cuervo.
Es la culminación, el desarme, la negación
de aquel concepto vital; explorar madrigueras parece interesante,
viajar cargado de razones y ocupar sitios libres,
verificar cielos estrellados con los brazos en cruz.

Relampaguean solos estos diabólicos lirios,
surten efecto, presumen de especial naturaleza muerta.
En silencio, el aire resume su aparato lingüístico, verbo
y predicado por arte de magia.

La rabia exige tributos, recargos e intereses, bulle
líquida, expectante, a través de un arrecife singularmente hosco,
peligroso.                                        

Qué perros salvajes alardean de espanto,
pero su soledad no produce heridas incurables
ni un grano de vergüenza.

Destino. Cuanto existe y prolifera. Dura
un segundo en la cúspide del tiempo,
muestra una posición diáfana en el espacio, sin movimiento, sin ritmo,
algo apocada o endeble.

Algo que no puede ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores